Hay que animar a los niños, valorarlos, tratarlos como seres humanos, hablarles con confianza, corregirlos para que luego se acuerden de lo que aprendieron con nosotros. En febrero de 2023 entregué un aviso al director editorial del Ministerio de Educación, encargándolo del contenido porque había descubierto errores en los libros de Educación Artística en cuanto a texto, ilustraciones y fotografías de nuestro folklore. .
No me llamaron. Luego fui a casa de mi hija y le pedí a Christian, mi sobrino mayor, que me prestara el libro de educación artística de sexto grado de Santillana para revisarlo y, ¡para mi sorpresa!, participé en el folclorista dominicano. Cuando se lo mostré a mi sobrino, porque no estaba mirando la página, exclamé: pero estoy en tu libro y él no lo cree, está lleno de emociones.
Al día siguiente, me envió un mensaje enviándome una foto de nosotros juntos, se la envié, pero nunca le pregunté por qué envió esa foto, aunque lo imaginé. . Junto a Noah, mi otro nieto, le dijo casualmente a la maestra que su abuela era folclorista en su pueblo natal y que si querían conocerla devorarían a Xiomarita Pérez.
Los hijos y nietos, cuando crezcan y se conviertan en adultos, comprenderán el significado de la familia y la carrera y siempre se sentirán orgullosos de lo que aportamos, y ese puede ser cualquier trabajo en el que no sean malos. trabajo que trae dignidad.