La puerta, nombrada de la Misericordia por el terremoto de 1842, cuando se construyó una ermita de ese nombre cerca del monumento donde se llevaba a cabo la acción del culto religioso. , fue escenario de un glorioso hecho histórico, el disparo del trabuco de Mella la noche del 27 de febrero de 1844. Este atrevido disparo fue realizado por el valiente Ramón Mella quien una vez contó al mundo sobre el nacimiento de República Dominicana, en esta elegante prosa.
Caracteriza los relatos de Doña María Ugarte en el libro Las Fortificaciones Coloniales de Santo Domingo con una visión realista y atractiva de este monumento, el cual tiene una apariencia imponente le da un aspecto atractivo y sugerente a la zona en la que se ubica. La llamada Puerta de la Misericordia fue la primera estructura construida durante el período colonial en el frente occidental del recinto fortificado de la ciudad de Santo Domingo. Su construcción se remonta a la primera mitad del siglo XVI, cuando se propusieron obras defensivas a Rodrigo de Liendo.
En documentos y planos anteriores se la llamó Puerta Grande o Puerta de la Sabana y se la consideró un emprendimiento serio, sobrio y resiliente. La puerta en sí tiene arcos bajos y muros inclinados, construidos con grandes piedras labradas, rodeados en el exterior por columnas verticales y arcos curvados como grandes palos. La periodista, historiadora y escritora española María Ugarte dijo que encima de la puerta, frente a lo que fue la Sabana del Rey, hay una garita cubierta por un gracioso arco que rompe la sencillez.
El tono de los libros es directo. Puedes leer: Musée des Maisons Royales: Modelo de encuentro entre dos culturas Un dato interesante pero un tanto inquietante es el presentado por el historiador Leónidas García Lluberes en un artículo de 1926 titulado La Puerta del Conde y la Puerta Grande, en el que refutaba las ideas creadas por Fray Cipriano de Utrera expuestas en su obra. La evidencia histórica indica lo siguiente sobre las defensas de Puerta Grande: Y así, Puerta Grande estaba (protegida) tanto por sus fortificaciones adyacentes como por sus propias defensas, compuesta por dos gruesos parapetos en la parte interior, con una garita de centinela, estaba equipada.
con tres ventanas en el centro de la fachada con vistas a la estepa. Debajo, hay dos pequeñas puertas a cada lado de la puerta, que hoy están escondidas y protegidas en los patios de las casas vecinas. Hoy, 27 de febrero, día histórico en el que los dominicanos celebran el Día de la Independencia Nacional, es un buen día para visitar este monumento histórico, que recientemente ha sido objeto de restauración y restauración por parte de la Junta Ejecutiva de Infraestructura en zonas turísticas en coordinación con la Administración Nacional de Turismo.
Patrimonio monumental del Ministerio de Cultura. El 27 de febrero de 1844, Fort Condé se convirtió en el lugar de la proclamación de la República Dominicana por parte de los creyentes trinitarios. El 27 de febrero, pero de 1933, el ejecutivo decidió cambiar el nombre de Puerta o Baluarte del Conde por Baluarte 27 de Febrero y en 1981, por sugerencia del General Abelardo Nanita, se colocó la inscripción Dulce en el frente este del frente.
puerta. Monumento. y Decpum Est Pro Patria Mori, tomado de una oda de Horacio, quien tradujo al latín como Dulce y Honorable es Morir por la Patria.
El 15 de octubre de 1936 lo que entonces se llamaba Baluarte fue designado 27 de febrero como Altar de la Patria. Acercándose al centenario de la Primera República, el 25 de mayo de 1943, se consagró el Altar de la Patria como los mausoleos de Duarte, Sánchez y Mella. Precisamente el 27 de febrero de 1944 los restos de los Padres de la Patria fueron trasladados en una ceremonia solemne desde la Capilla de los Inmortales de la Iglesia de Santo Domingo hasta el antiguo monumento colonial.
El conjunto monumental de la plaza principal fue inaugurado el 27 de febrero de 1976 por el presidente de la época, Joaquín Balaguer, bajo el nombre simbólico de Altar de la Patria.
