Una vez escuché a alguien decir que la vejez no es una carga, es una oportunidad para compartir la sabiduría y la experiencia acumulada a lo largo de los años. En la cultura dominicana hay muchos insultos y muchas historias sobre la vejez, pero no son historias que despierten alegría o ganas de ser positivos y seguir aportando y ayudando a los demás. Al utilizar las palabras debemos entender que tienen un poder intrínseco, una simple palabra humana puede construir o destruir a cualquier ser humano.
Como dominicanos, sin querer hemos construido una subcultura que nos mantiene pequeños y poco evolucionados. Cuando tenemos más de 56 años comienza una especie de burla y frases como esta: Dime viejo que ya no estás sano. sin motivo alguno, somos viejos y debemos calmarnos, lo viejo no sirve para nada, y otros dichos se construyen en un ambiente tóxico.
Lo primero que debemos recordar es que la vejez no debe ser un período de vergüenza, no debe ser un ciclo de condena, sino un momento para volver a capacitarnos y desarrollarnos en otras direcciones. Los humanos están diseñados para ser cocreadores y continuar produciendo mientras Dios se lo permita. Veamos cómo la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica la edad por etapas: decimos que los jóvenes tienen entre 18 y 44 años; El adulto promedio tiene entre 45 y 59 años; personas mayores o jóvenes entre 60 y 74 años; personas de 75 a 90 años; y personas mayores de larga duración de 90 años o más.
Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Quién decidió que soy un anciano? ¿Qué representamos o simbolizamos cuando escuchamos la palabra antigua? ¿Nos dejamos condicionar por una sociedad con una cultura de muerte?
Recuerdo que cuando trabajaba con el psiquiatra José Dunker en Z 101, aprendí de él una mejor perspectiva del ciclo vital; De hecho, entre la explicación de la OMS y la de Dunker, prefiero la explicación del psiquiatra José Dunker, es más razonable. En este artículo no podré desarrollar su explicación de cada ciclo. El psiquiatra explica que cada 20 años entramos en un nuevo ciclo, de 0 a 20 años; 20 a 40 años en la edad adulta o juvenil; 40 a 60 años en la mediana edad; 60 a 80 años en la edad adulta tardía; desde los 80 años.
Llegar a la vejez en República Dominicana es más complicado que en otros países. En nuestro país las calles no están diseñadas para andar en bicicleta o caminar. El entorno psicosocial nos motiva a detenernos y condenar si realizamos actividades recreativas y de formación artística o intelectual.
Las empresas no utilizan la experiencia acumulada para crear una transición más eficaz entre los empleados nuevos y los que se van. ¿Qué podemos hacer? Lo primero es que debemos entender que somos parte de una cultura llena de mitos y mentiras que nos condicionan e inhiben nuestro potencial de pleno desarrollo.
Podemos explorar las muchas herramientas y factores a nuestra disposición y, una vez identificados, utilizarlos para reemplazar los sistemas de creencias y patrones que nos impiden disfrutar de una vida más plena y próspera. Invitamos a todos aquellos que por la edad han creído y les han hecho creer que no pueden seguir activos, los invitamos a escapar de la inactividad, la pereza y la pasividad. Te comparto algunas ideas que pueden ayudarnos a reentrenar nuestra vida en la vejez: Puedes tomar clases de dibujo, clases de manualidades, empezar clases de repostería, unirte a un club de lectura, ciclismo, beneficios actualizados de tu experiencia en el grupo de consultoría.
, busca concienciar a las personas que quieren desarrollarse, participar en cooperativas, ayudar a los niños a cruzar la calle después del colegio, ir al hospital a leer libros a los enfermos, unirse a asociaciones de vecinos, participar en unirse a un coro o aprender una profesión que ame. . Queremos reconocer que este artículo no es un programa ni un modelo para mejorar el ciclo del envejecimiento, es simplemente un rayo de luz y un espacio para crear preocupación y esperanza en el tema del determinismo social.
Sobrevivir al colapso de la vejez.
