Los humanos olemos, emitimos olores y somos olidos. Los olores emanan de la piel y gracias a nuestro olfato tenemos una capacidad muy fuerte para atraerlos, porque la información olfativa que llega al cerebro nos permite reaccionar inmediatamente, porque nos advierte de lo que nos rodea a nosotros, así como a los demás. , influyen en nuestro comportamiento.
Son muchos los adjetivos que se utilizan para definir los olores, que, por lo general, se comparan a través de la evocación de recuerdos gracias a su asociación con el hipocampo, una estructura neurológica situada en el lóbulo temporal de nuestro cerebro y relacionada con la memoria. El olfato es uno de los sentidos que más utilizamos en nuestras relaciones interpersonales. El olor corporal crea en el ser humano una atracción sexual inmediata, actuando como una carta que nos invita a acercarnos e iniciar una relación, o incluso a marcharnos.
Este tipo de olfato es un fenómeno complejo y es el sentido del olfato el que nos ayuda a tener relaciones sexuales. Entonces podemos decir que el olor del sexo existe y nos sostendrá en este momento sublime e íntimo. Los aromas específicos de cada género surgen de las secreciones únicas del cuerpo de cada individuo, creando un aroma distinto e inalienable que nos distingue unos de otros (iStock) Cuando la pareja se acerca y desarrolla relaciones sexuales, aparecerá sudor secretado por diferentes partes del cuerpo y luego aparecerá un olor característico y especial.
El sudor que se produce durante la actividad física o el esfuerzo contiene feromonas (hormonas sexuales) Y es en la axila, en la ingle, donde se concentran las glándulas apocrinas, un tipo especial de glándula sudorípara que, a diferencia de las glándulas ecrinas, se distribuye por todo el cuerpo y segrega un líquido claro, acuoso, inodoro y salado para regular. el cuerpo. A altas temperaturas, estas mismas glándulas apocrinas secretarán una sustancia grasa en las raíces del cabello y pueden tener un olor fuerte.
Estas sustancias son responsables de crear deseo sexual y por tanto atracción. Tienen información sobre el estado de ánimo de la otra persona y, por tanto, su disponibilidad o compatibilidad sexual. También están presentes en la saliva, el semen y las secreciones vaginales; Se transmiten a través del aire y así se dispersan por el ambiente.
Feromonas y atracción: el olor corporal puede ser la clave para determinar la química de dos personas y la intensidad de su sexo (Getty) Por tanto, el olor sexual es creado por las secreciones del cuerpo de cada persona, proporcionando un olor especial y distinto que nos distingue unos de otros. Y para la nariz humana, estos olores tienen un valor o agrado intrínseco. Un estudio realizado en la Universidad de Bremen (Alemania), en hombres y mujeres de 15 a 84 años, aclaró que el olor más excitante es el olor corporal sin perfume, seguido del olor a axilas.
Podemos decir entonces que la atracción y el amor muchas veces son cuestión de olfato. El reconocimiento de los olfatos es subjetivo y personal dependiendo de la sensibilidad de cada persona a los olores. Recuerda que el olor juega un papel muy importante en la atracción sexual y en las sustancias químicas que se pueden producir, creando compatibilidad sexual.
Todos hemos oído hablar del amor (amor a primera vista). La química tiene explicación, y su protagonista es este poderoso, misterioso y mágico sentido del olfato. En 2018 se publicó el estudio La función olfativa en relación con la experiencia sexual en adultos.
Se explica que las personas con un olfato más sensible suelen tener una vida sexual más placentera. En otras palabras, el olor que emite nuestro cuerpo puede determinar esta importante conexión física y emocional. Cuanto más desarrollado esté el sentido del olfato, mejor rendimiento sexual y mayor placer.
En este San Valentín recordemos cómo se manifiesta esa atracción especial por la persona que deseamos.