Washington, 6 feb (EFE).- Un número creciente de legisladores republicanos expresan su rechazo al acuerdo que algunos senadores de su partido alcanzaron con los demócratas para establecer restricciones a la inmigración fronteriza y aprobar nuevas ayudas militares a Ucrania. La buena noticia es que este proyecto de ley está muerto, […] Washington, 6 feb (EFE).- Un número creciente de legisladores republicanos expresan su rechazo al acuerdo que algunos senadores de su partido alcanzaron con los demócratas para establecer restricciones a la inmigración en la frontera y la aprobación de una nueva ayuda militar a Ucrania. La buena noticia es que el proyecto de ley está muerto, dijo el martes el senador de Texas Ted Cruz en una conferencia de prensa en el Capitolio con otros cuatro legisladores de su partido.
Ayer por la tarde, tras una reunión del partido, el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, autorizó a los miembros de su partido a votar en contra de la primera votación de procedimiento prevista para el miércoles. El presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, acusó el martes al expresidente Donald Trump (2017-2021) de persuadir a los republicanos de derrotar el proyecto para obtener una ventaja electoral. Para que el texto sea presentado en la Cámara, debe contar con el apoyo de 60 de los 100 senadores en esta primera votación, pero hay oposición dentro de las filas republicanas, así como algunos disidentes políticos de opinión del Partido Demócrata.
El acuerdo incluye restricciones a la inmigración y a la financiación para Ucrania e Israel. La confusión es el resultado de los esfuerzos de la administración Biden por convencer a los republicanos -cada vez más escépticos sobre la ayuda exterior- de que aprueben un nuevo desembolso para cuestiones de política exterior. Pero los republicanos que se oponen al proyecto de ley dicen que no va lo suficientemente lejos como para detener lo que llaman una invasión de inmigrantes a través de la frontera y han criticado a su propio partido por el resultado del acuerdo.
“La idea de que apoyaríamos cualquier cosa que surja de las negociaciones es una locura”, dijo el senador James David Vance de Ohio en la conferencia de prensa conjunta, en la que también participaron Scott de Florida y Mike Lee de Utah. “No queremos que la política de fronteras abiertas de Biden se convierta en ley, y no queremos dañar a futuras administraciones republicanas limitando su capacidad para hacer cumplir la frontera”, dijo Scott. Si no obtiene suficiente apoyo en el Senado para hacer avanzar el proyecto de ley, el acuerdo no tiene futuro en el Congreso, ya que la Cámara de mayoría republicana es un callejón sin salida para la propuesta.
El plan ha sido criticado por grupos de derechos humanos y, de implementarse, sería uno de los cambios más significativos a la ley de inmigración en décadas. Específicamente, la propuesta crea nuevos poderes ejecutivos que permitirían al gobierno federal prohibir que quienes cruzan ilegalmente la frontera soliciten asilo mientras se registraron 4.000 arrestos diarios durante siete días consecutivos. Una vez que la prohibición entre en vigor, el proyecto de ley permitiría a las autoridades de inmigración llevar a cabo deportaciones en caliente en la frontera sur.
El proyecto de ley también aumenta las solicitudes de asilo en Estados Unidos, lo que representa un cambio permanente en la ley actual que permite a las personas buscar protección en Estados Unidos cuando huyen de su país por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o sociedad. opiniones políticas específicas. El acuerdo también representa un cambio significativo en la postura del Partido Demócrata sobre la inmigración, ya que el partido ha abogado durante años por una reforma migratoria que normalizaría el estatus de unos 11 millones de inmigrantes residentes sin documentos de residencia en el país.
