La civilización no se limita al desarrollo económico y tecnológico; incluye mucho más. A menudo limitamos el concepto de desarrollo únicamente al aspecto económico. Sin embargo, incluso mientras la guerra continúa en países como Ucrania, Siria, Israel y Gaza, no podemos considerarnos una sociedad verdaderamente civilizada que promueva la hermandad y el diálogo.
La fraternidad y el diálogo son los cimientos de la civilización. Para avanzar, debemos reconocer que el progreso incluye no sólo el progreso tecnológico sino también la paz y la preservación de la vida humana. En lugar de centrarnos únicamente en la tecnología destinada a la destrucción, busquemos una sociedad civilizada que combine el progreso económico y tecnológico con los valores de la hermandad y la comunicación.
Sólo así podremos decir que el mundo ha progresado verdaderamente. Hasta mañana, si Dios quiere, tanto tú como yo lo queremos.