El agua, este líquido formado por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, es la necesidad más urgente de todos los seres vivos, pero también un derecho básico de los individuos y las comunidades. Las Naciones Unidas declararon el Día Mundial del Agua en 1992, a raíz de una propuesta formulada en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro. Desde 1993 se celebra el 22 de marzo de cada año con el lema específico de Agua para la Paz para el año 2024.
El acceso al agua es el derecho humano más básico, esencial para preservar la vida, producir oxígeno y cultivar alimentos. Por lo tanto, garantizar el acceso para todos debe ser la prioridad número uno de los gobiernos. No siempre fue así.
Hay una nación entera carente de agua potable, miles de personas tienen que recorrer kilómetros para abastecerse y en ocasiones solo tienen acceso a fuentes naturales de agua como ríos, lagunas y represas, enfrentando el riesgo de bacterias y virus que causan enfermedades como como disentería, cólera. . .
El tema de este año, Agua para la Paz, pretende llamar a la reflexión sobre la posibilidad de promover la paz o provocar conflictos con el agua, porque quizás no esté lejano el día en que estallarán guerras para ocupar las propias fuentes de agua. La contaminación del planeta crea lluvia ácida, la contaminación y el plástico infectan ríos y océanos, los desechos industriales vertidos descuidadamente por las grandes industrias, las acciones de las grandes empresas provocan la degradación de los cauces de los ríos, son sólo una parte de los problemas que amenazan la conservación del agua. y someter a poblaciones enteras a sequías prolongadas, escasez y presupuestos familiares cada vez más gastados en la compra de agua potable.
En nuestros barrios es común que el agua del grifo llegue un día determinado y luego se cierre el grifo hasta la semana siguiente. Cuidar el recurso hídrico es un imperativo que incluye no tirar basura a los barrancos, no desperdiciarla innecesariamente, requerir un manejo adecuado por parte de las autoridades, entre otras medidas. La colaboración en la gestión del agua, tal como la propugnan las Naciones Unidas, tiene un impacto positivo para todos.