Nueva York, 8 mar (EFE).- El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022) fue declarado culpable este viernes de esta semana por tres cargos de tráfico de drogas y armas por un jurado en Nueva York, tras un juicio que duró poco más de dos semanas. Hernández, que actualmente espera sentencia del juez Kevin Castel, se convertiría así en el máximo dirigente latinoamericano condenado por narcotráfico tras el caso del panameño Manuel Antonio Noriega, condenado a 40 años de prisión por un tribunal de Florida en 1992. prisión.
encarcelado por asociación con el cartel colombiano de Medellín. Hernández escuchó atentamente las palabras, sin ningún gesto, pero cuando se levantó de su silla para salir de la sala, se volvió hacia el público, mirando a sus dos cuñadas -su esposa no viajó porque Estados Unidos se negó-. concédale visas, comida para él y dígaselo.
Él dijo: Soy inocente. Te quiero mucho, díselo al mundo entero. Los cincuenta hondureños presentes afuera del tribunal comenzaron inmediatamente a celebrar el veredicto, que podría haber resultado en que Hernández recibiera varias cadenas perpetuas.
El cargo de conspiración para importar cocaína conlleva una pena de 10 años a cadena perpetua; El uso y porte de ametralladoras y otros dispositivos destructivos para consumir drogas puede ser castigado con pena de prisión de 30 años a cadena perpetua; y la conspiración para utilizar y portar ametralladoras para importar drogas también conllevan una pena máxima de cadena perpetua. El juez Kevin Castel confirmó tres cargos presentados en su contra por la fiscalía en nombre del gobierno de Estados Unidos, que alegó repetidamente que Hernández participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de drogas. cocaína en Estados Unidos.
La fiscalía afirmó que las actividades de narcotráfico de Hernández no se limitaron a sus dos mandatos presidenciales sino a lo largo de toda su carrera política desde al menos 2004, durante la cual utilizamos nuestras funciones públicas, así como la policía y el ejército, para apoyar a las organizaciones narcotraficantes de Honduras. , México y otros. Aunque durante el juicio no se encontraron pruebas concluyentes -en forma de vídeo, audio o comunicaciones interceptadas- que incriminaran a Hernández, de 55 años, el jurado quedó convencido por el testimonio del notorio narcotraficante que testificó en su contra tras declararse culpable.
ante la justicia estadounidense, tal vez para buscar una ventaja en prisión. EFE