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El temor a nuevos ataques de las bandas invade Haití tras el sangriento asalto a la cárcel

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Desde el jueves pasado se registra una violencia sin precedentes en Haití marcada por el aumento del número de enfrentamientos entre la Policía y las pandillas armadas, la intensificación de los tiroteos en los barrios y el incremento del número de muertos y heridos.

El temor a que otras instituciones públicas, como el Palacio Nacional y la sede de la Policía, sean los próximos objetivos de las bandas armadas en Haití invade Puerto Príncipe, después de que tras el asalto a la cárcel civil del sábado murieran al menos 15 personas y se fugaran de la prisión unos 3,600 reclusos.

Desde el jueves pasado se registra una violencia sin precedentes en Haití marcada por el aumento del número de enfrentamientos entre la Policía y las pandillas armadas, la intensificación de los tiroteos en los barrios y el incremento del número de muertos y heridos.

Además, en los últimos días los ataques de la coalición de bandas ‘Vivir juntos’, dirigida por el todopoderoso Jimmy Cherizier ‘Barbecue’, junto a los incendios y saqueos de lugares públicos, han provocado un desplazamiento masivo de personas que intentan huir de la violencia, la ausencia de clases (las escuelas recomiendan que mañana los alumnos no acudan a las aulas) y el no funcionamiento del principal hospital público de la ciudad.

Al margen del Palacio Nacional y la sede policial, el Sindicato Nacional de la Policía (Synapoha) advirtió en la red social X de las grandes posibilidades de que haya atentados contra las dependencias del Cuerpo de Intervención y Mantenimiento del Orden (CIMO), una unidad de las fuerzas de seguridad con base en una zona controlada por las bandas en el sector capitalino de Delmas 2.

Según el sindicato, que antes del mortífero ataque a la Penitenciaría Nacional (principal cárcel de la capital) lanzó un SOS al respecto sin que las autoridades hicieran caso, existe un plan en marcha para bloquear todas las carreteras que conducen al CIMO para luego entrar en la sede desde todos los flancos.

También la Federación Haitiana de Fútbol (FHF) denunció este domingo que el Estadio Sylvio Cator, el principal del país, y sus alrededores están invadidos por bandas armadas desde hace dos días.

La FHF, que aún no conoce el alcance de los daños sufridos, aseguró que uno de sus empleados fue secuestrado y amenazado de muerte, y condenó «vehementemente estos actos de violencia, los cuales sin duda tendrán graves repercusiones para el fútbol haitiano, que intenta salir adelante a pesar de todo».

El Gobierno rompe finalmente su silencio

Después de horas de silencio, el Gobierno haitiano finalmente reaccionó a lo ocurrido en la cárcel civil de Puerto Príncipe: «La Policía Nacional (…) hará todo lo que esté en su mano para localizar a los presos evadidos y detener a los responsables de estos actos criminales y a sus cómplices, con el fin de restablecer el orden público».

En un comunicado, el Ejecutivo agradece a la población la «calma» mostrada y elogia el valor de los policías que «intentaron» repeler el asalto a la Penitenciaría Nacional y a la cárcel de la Croix des Bouquets en la noche del 2 al 3 de marzo a manos de «unos criminales fuertemente armados que están desesperados por liberar a personas detenidas, en particular (acusados) por secuestro, asesinato y otros delitos graves».

Los delincuentes «no dudaron en ejecutar a civiles, incendiar y saquear bienes públicos y privados con diversas confabulaciones», agrega, acerca de un ataque que permitió la huida de un 97 % de los internos de la prisión civil, como se desprende de los datos facilitados por el Colectivo de Abogados para la Defensa de los Derechos Humanos (Caddho).

Aunque no existen cifras oficiales, al menos una quincena de los presos evadidos fueron asesinados, según pudo comprobar EFE al contabilizar los cadáveres esparcidos por varios puntos de la capital, como Lalue o Christ Roi, aunque el mayor número de cuerpos, 10, se encontraba en los alrededores de la penitenciaría.

Ante la violencia extrema que se vive en el país, las embajadas intentan proteger a sus ciudadanos y, así, la delegación estadounidense renovó hoy su alerta de seguridad e instó a sus nacionales a «no viajar a Haití» y a aquellos que residen en el país a «abandonarlo lo antes posible por medios de transporte comerciales o privados, habida cuenta de la actual situación de seguridad y los problemas de infraestructura», se lee en la página web de la representación diplomática.

Mientras las bandas aseguran que buscan sacar del poder al primer ministro, Ariel Henry, Haití espera la llegada de una misión multinacional de apoyo a la seguridad, liderada por Kenia y aprobada en octubre pasado por la ONU, a fin de poner freno al terror que imponen esos grupos armados con sus matanzas, secuestros, violaciones y ataques.

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