Esta alabanza se da en torno a todo lo que nos duele y preocupa, incluyendo las elecciones de hoy 19 de mayo y la mala política fue entendida e implementada. La Iglesia Católica oró a Dios por las víctimas de los incendios registrados en el Festival de Salcedo y en el Penal Nacional La Victoria, hechos registrados a inicios de este mes de marzo. Esta reflexión se hace mientras se recita la séptima palabra, Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, tomada del Evangelio de San Lucas, en el Sermón de las Siete Palabras, leído por Ángela López, laica comprometida.
del Comité. para prevenir el abuso sexual de menores. Esta misión se centra en todo lo que nos duele y nos preocupa, incluidas las elecciones del 19 de mayo y su política incomprendida e implementada.
La inseguridad ciudadana, la crisis climática, los abusos sexuales a niños y niñas, las mujeres maltratadas y asesinadas, las víctimas de los incendios de Salcedo y La Victoria, las elecciones de mayo, la comprensión de los errores y las prácticas políticas, los mercaderes políticos nos prometen un paraíso; y gente que quiere hacernos creer que vivimos allí, dijo López. Asimismo, interceden por las naciones en guerra, la Iglesia universal y la Iglesia Dominicana. La mujer habló sobre el cambio climático y el aumento del deterioro de la salud mental en el mundo y en el país, en alusión a que el 4,7% de la población dominicana sufre depresión y el 5,7% padece demencia, trastornos de ansiedad.
Asimismo, expresó preocupación por el aumento de los índices de criminalidad y los crecientes niveles de consumo de alcohol, drogadicción, abuso físico y violencia sexual. Reflexionando sobre la lectura, dijo también que tal vez, como sociedad, deberíamos rebelarnos contra la civilización del espectáculo, que prioriza el entretenimiento, las apariencias y el placer, por encima de la tristeza, el miedo con el que vive el hombre, a la muerte y al entretenimiento. Fallar.
Quizás deberíamos dejar de vivir según las apariencias, las preferencias y las opiniones. Hermanos, quizás estas últimas palabras de Jesús en la Cruz nos inviten a volvernos hacia nosotros mismos, hacia lo sagrado y lo profundo, donde Dios habita en nosotros. Volvamos a lo realmente importante, dijo.