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Juanita Rodríguez, testigo de la detención de Huáscar Tejeda

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Ella fue la única testigo de la detención de Huáscar Tejeda, uno de los participantes en la ejecución de Trujillo.

Cerré la iglesia, cuidé al padre. Nunca he tenido miedo, Juanita Rodríguez Estrella. Ella fue la única testigo de la detención de Huáscar Tejeda, uno de los participantes en la ejecución de Trujillo.

El héroe es amigo del sacerdote Guillermo Rodríguez, párroco de la iglesia del Santo Cura de Ars, con quien suele cazar. Conocía el templo y el sótano donde se escondería. Dijo que la mujer que ahora tiene 101 años lo vio cuando llegó la noche del 30 de mayo de 1961.

Es un ingeniero de 35 años que juega un papel clave en Trujilliicidio, se une por su amistad con Roberto Pastoriza. Su tarea en la trama era bloquear el paso hacia el coche en el que se desplazaba el tirano para que sus cómplices pudieran tenderle una emboscada. El padre Guillermo no estaba.

Estudió en Roma y fue reemplazado por el padre Gabriel Maduro López, quien acogió al prófugo. Juanita Rodríguez Estrella vio todo lo sucedido. Una católica devota que ha servido en la parroquia desde 1953, estaba en el templo cuando llegó Huáscar, habló brevemente con Maduro y luego se dirigió al refugio.

Yo estaba allí en ese momento porque era jueves y estaba expuesto el Santísimo Sacramento. Huáscar pidió que no se revelara su presencia. Los soldados vinieron a buscarlo y los engañaron.

Pero un intruso cuyo nombre mencionó les dijo que estaba allí y se dieron la vuelta y lo encontraron hablando con el padre Maduro. El padre me dijo: Juanita, vete a dormir y yo le dije, no papá, yo me quedo. Agregó que el autor intelectual pensó que no le pasaría nada, pero vi cuando lo sacaron, fue horrible, parecían animales.

El militante antitrujillo llegó en una camioneta y Juanita lo vio cuando lo metieron dentro de la camioneta como a un animal. Luego regresaron en un vehículo selvático y se llevaron al padre Maduro. La mujer hablaba con precisión, rapidez, dicción perfecta.

Fue autodidacta y colaboró ​​en actividades de la iglesia y se desempeñó como secretaria del párroco. Recordó cada detalle de esa trágica noche, lamentando no haber tenido noticias de Maduro, quien creía residía en Puerto Rico, estuviera vivo o no. Tenemos muy pocas noticias sobre él.

En la página del colegio de la Salle se encuentra su nombre como miembro de la promoción de 1951 y entre sus compañeros se encuentran José Luis Corripio Estrada, José Carías Dominici, Ricardo Hernández Elmúdesei, Rafael Francisco Bonnelly Batlle, Rafael Agustín Heredia Pichardo, José de Jesús. Álvarez Bogaert, Aquiles Azar García y otros. No se han encontrado fotos de Maduro.

El artículo publicado apareció en la prensa en 1961. Maduro pensó que no lo tocarían. Los disparos resonaron en el aire.

Reiteró que fueron momentos de pánico. Estaba muy preocupado. Juanita dijo que a Gabriel Maduro López le sobrevive el obispo Eliseo Pérez Sánchez.

Lo encarcelaron, lo torturaron y él lo salvó, lo trajo de regreso. Es deforme, negro. Y agregó: Estaba muy nervioso y cada vez que escuchaba disparos se asustaba.

Fue ella quien lo recibió durante su estancia temporal en la parroquia. Es dominicano, indio, pequeño. Juanita cerró el templo y se hizo cargo de él.

No me asusto. Huáscar Tejeda fue torturado durante meses y asesinado el 18 de noviembre de 1961 en Hacienda María junto a quienes participaron en la destrucción del tirano. Sus cuerpos han desaparecido.

Es hijo de Antonio Tejeda Veloz y Leopoldina Pimentel. Estuvo casado con María Leonor González, Lindín, quien falleció recientemente. Dieron a luz a Rocío, Huáscar y Manuel Tomás.

Una calle del distrito universitario lleva el nombre de Huáscar Tejeda. Juanita Nació en La Vega el 15 de enero de 1923, hija de Ramón Eugenio Rodríguez y Paula Estrella. Vive en la capital desde 1950.

Era catequista, dirigía el coro, respondía a la misa en latín. Conozca la historia de la parroquia y domine la biografía del Padre Guillermo hasta su personalidad. Estuvo casada con Ramón Roberto Campusano y es madre de Carmen María, Josefina y Margarita María.

Del padre Guillermo dijo que se pasó de la raya, era muy celoso de Dios y hasta usaba una sotana para sujetar su cola y limpiar el pasto. El altar fue desmantelado desde Italia. Además de Huáscar, Guillermo también era amigo del padre salesiano Andrés Nemeth.

Tiene una capilla y viene hasta aquí en bicicleta desde San Juan Bosco. Cantó fragmentos de canciones y oraciones en latín. Ella nunca había estado enferma y cuando le preguntaron qué hacía para mantenerse sana física y mentalmente, miró al techo y respondió: Pregúntale a Jesús.

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