Este es el drama fatal de la democracia liberal en Europa: sus enemigos están utilizando su bien más preciado, el respeto a los derechos humanos básicos y a los intereses sociales del Estado de bienestar, para perjudicarle. En La venganza de los poderosos, Moisés Naim resume los tres venenos que amenazan a la democracia liberal en todo el mundo: la posverdad, el populismo y la polarización. En el caso de la democracia dominicana, además de todo lo anterior, existe una enfermedad que se asemeja a un cáncer maligno: las mafias.
Las mafias nacionales existen en todos los tipos, sectores y profesiones y han logrado imponerse en casi todos los rincones de la sociedad nacional; desde la humilde mafia de vendedores de mantas de nísperos con gente corrupta de fondo, hasta la mafia especializada de genios de la ingeniería fiscal para evadir/evitar el pago de impuestos al fisco dependiendo de los rincones de las leyes del país. Crea memoria. Las mafias no imaginaron ni la Sicilia del siglo XIX ni la América del siglo XX que Mario Puzo describió como nadie en El Padrino.
Una sociedad/democracia organizada en torno a pequeñas o grandes mafias públicas o privadas está condenada al fracaso, incluso si está tan desarrollada como China y es visitada por diez millones de personas. La mafia civil-militar y el comercio de inmigración ilegal amenazan así con fusionar a los pobres de Haití y la República Dominicana en uno solo; destruyendo la paz nacional y, al hacerlo, eliminando la poca dignidad patriótica que le quedaba al pueblo dominicano después de todos los excesos y humillaciones del gobierno imperialista estadounidense. Las bandas mafiosas mueven más de 250 millones de dólares al año, y unos 5.000 inmigrantes indocumentados entran al país cada día y tienen que pagar 150 dólares cada uno.
Pero hay más que eso. Sólo en materia de seguridad penitenciaria, las mafias del sistema penitenciario nacional generan alrededor de 364 millones de pesos al año, según la denuncia pública de Roberto Santana, creador del Nuevo Modelo, según el cual, para ser precisos, estas mafias y su poder están envejeciendo. antes de nacer.
La mafia está destruyendo nuestra democracia. A este paso, en las elecciones de 2028 no habrá nada de Juan Ariel ni de Omar Leonel en el PLD; por Yayo, David o Carolina en PMR. Nada.
A este paso, la elección de 2028 será la elección de un YouTuber respetable, gordito y alegre, sentado en la penúltima mesa del bar El Sartén, en la Colonia de todas nuestras nostalgias.