Santo Domingo.- El Viernes Santo es el segundo día del Triduo Pascual, durante el cual la Iglesia se centra en la reflexión memorial y la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret En este día no hay Eucaristía y la celebración de ceremonias es muy especial. Comienza con la Liturgia de la Palabra, que es principalmente la proclamación y meditación de la Pasión según San Juan (el Domingo de Ramos escucharemos la Pasión según San Marcos). Este se considera un día de arrepentimiento porque recuerda el día en que Jesús fue acusado de blasfemia ante Poncio Pilato, la máxima autoridad romana.
Ese día Jesús fue encarcelado y se llevaron a cabo los interrogatorios de Caifás, el sumo sacerdote judío, y el gobernador romano. Estas son las etapas de la flagelación, coronación de espinas, posición en la cruz, crucifixión y sepultura de Jesús. En este día, el Viacrucis viaja por todo el mundo, imitando el Viacrucis de Jesús, luego de que fuera condenado a muerte en el juicio del Sanedrín.
Durante este evento se realizan diversas paradas para conmemorar los sufrimientos de Jesús. Esto incluye sus tres caídas, su encuentro con María, su desnudez, el momento en que fue crucificado en la cruz y su muerte. En el catolicismo, la Eucaristía no se celebra el Viernes Santo.
La Liturgia de la Pasión del Señor tiene lugar el viernes por la tarde, cuando Jesús murió en la cruz. La tortura y muerte de Jesucristo se centra en los hechos ocurridos en este día, conocido como el Vía Crucis. Se pronuncia el sermón de 7 palabras.
La celebración de la Semana Santa culmina el Domingo de Resurrección o Domingo Santo, día en que el Hijo de Dios volvió a caminar entre los vivos después de su muerte en la cruz. Esta es la fiesta más importante para los cristianos porque la resurrección simboliza la victoria de Jesús sobre la muerte. Esto muestra que Jesús tiene poder sobre la vida y la muerte y, por lo tanto, tiene la capacidad de dar a las personas vida eterna.