Nairobi.- Al menos 45 personas murieron este lunes al reventar los muros de una presa en el sur de Kenia que arrasó cientos de casas y vehículos, mientras el país lidia con los efectos de semanas de fuertes lluvias y devastadoras inundaciones, informó el ministro del Interior, Kithure Kindiki.
Anteriormente, las autoridades habían cifrado en al menos 42 el número de fallecidos. El desastre ocurrió en el condado de Nakuru, al norte de la capital, Nairobi, donde los muros de la presa de Dark Tunnel Valley, situada en las colinas de Kijabe, se rompieron a primera hora de la mañana.
“Mientras que ya se han recuperado 45 cadáveres por las inundaciones repentinas y los deslizamientos de tierra, las labores de búsqueda y rescate continúan y se ha movilizado ayuda para los supervivientes”, explicó Kindiki en su perfil de la red social X.
“Hasta el momento, más de 110 personas han sido rescatadas y se recuperan en hospitales del condado de Nakuru”, añadió Kindiki. La cifra de fallecidos, 45, fue confirmada también por el comandante de la Policía de Nakuru, Samuel Ndanyi. “Hemos recuperado hasta ahora 45 cuerpos enterrados en el fango.
Sospechamos que estaban intentando huir de las inundaciones cuando fueron arrastrados. La mayoría de ellos eran mujeres, niños y personas mayores que probablemente no pudieron correr lo suficientemente rápido”, afirmó Ndanyi en declaraciones recogidas por el diario local ‘Daily Nation’.
La tragedia se cebó especialmente con la localidad de Kamuchiri, cerca de la ciudad de Mai Mahiu. Más de 110 personas fueron rescatadas del barro -aunque se teme que haya más atrapadas- y trasladadas a hospitales de Mai Mahiu por voluntarios de la Cruz Roja y los servicios de emergencia del condado de Nakuru. Según indicó la Cruz Roja en su cuenta de la red social X, las aguas de la inundación “se originaron en un río cercano que se desbordó».
“Me desperté sumergido en el agua alrededor de las 3 de la madrugada (00-00 GMT). Las paredes de la casa se habían derrumbado. Mi familia y yo estábamos flotando en el agua”, declaró uno de los afectados, William Lokai, de 43 años, al diario local ‘The Standard’. “Abrí el techo de la casa para rescatar a mi hijo de siete meses y a otro de tres años. Nos escapamos por el tejado. Las casas de mis dos vecinos quedaron destruidas.
Alrededor de doce vecinos han sido arrastrados por el agua. Ellos han muerto”, agregó Lokai. El incidente provocó el corte de la carretera principal que une Nairobi con Mai Mahiu, repleta de rocas, barro y troncos.
El portavoz del Gobierno, Isaac Mwaura, informó este lunes de que al menos 103 personas han muerto desde finales del pasado marzo por la temporada de lluvias largas en Kenia, que ha causado graves inundaciones y se prevé que dure hasta mayo. Esas cifras, sin embargo, no incluyen los fallecidos en el desastre de la presa. “Además, el número actual de hogares desplazados es de 28.484 con 185.297 personas afectadas”, puntualizó Mwaura.
El Ministerio de Educación de Kenia pospuso este lunes una semana, hasta el 6 de mayo, el inicio del segundo trimestre en las escuelas públicas de educación primaria y secundaria por las fuertes lluvias e inundaciones.
Las precipitaciones torrenciales han dañado numerosas infraestructuras en todo el territorio nacional, como puentes y carreteras. Además de Kenia, otros países de África oriental, incluidos Tanzania, Burundi y la República Democrática del Congo, también se han visto afectados negativamente por las inundaciones.
El primer ministro de Tanzania, Kassim Majaliwa, elevó el pasado jueves de 66 a 155 el número de personas muertas en el país en lo que va de abril por las fuertes lluvias e inundaciones intensificadas por el fenómeno meteorológico de El Niño.
El Niño es un cambio en las dinámicas atmosféricas ocasionado por el aumento en la temperatura del océano Pacífico. Estas inundaciones llegan después de la peor sequía registrada en el Cuerno de África en las últimas cuatro décadas, una falta de agua que dejó en 2023 a la vecina Somalia al borde de la hambruna y con 6,6 millones de personas en inseguridad alimentaria aguda, según la ONU.