Debemos evitar politizar todo. La politización excesiva no sólo aleja a los amigos cercanos sino que a menudo también crea fricciones embarazosas entre familias que han hecho de la armonía el escudo común de su convivencia. En un sistema democrático las diferencias son normales, pero causan preocupación cuando afectan los intereses de personas que no entienden esta normalidad y están tan cegados por el absurdo que ni siquiera escatiman en estas diferencias.
Las relaciones pacíficas se han cultivado durante generaciones entre respetados. familias. propagando así el resentimiento.
. Esto puede dañar la armonía incluso de los propios hijos y nietos. Sé que hay personas que no permitirán que la política destruya familias y amistades.
A ellos va todo nuestro agradecimiento, que nos hace ver que la convivencia de Política y Familia es posible, algo que hay que admirar pero sobre todo que mantener. como herramienta esencial para la buena convivencia. Es hora de que la realidad política no nos divida, debemos entender que sin importar cuáles sean nuestras diferencias, debemos aceptar la diversidad ideológica y priorizar el futuro.
El núcleo de la sociedad es la familia, y para preservarla no podemos permitir que ninguna actitud política la ponga en peligro, pero para ello se requiere cierta inteligencia emocional que sea capaz de separar nuestros pensamientos e ideas unos de otros. lo mejor posible, manteniendo así la unidad de nuestros clanes principales. Me acuerdo de Juan Pablo Segundo, en sus cartas a las familias, en las que decía: La familia tiene su origen en el amor mismo con que el Creador abraza al mundo creado.
También indica qué tipo de familia se trata, bien funcional o saludable, capaz de resolver los conflictos que surjan. Por el contrario, las familias disfuncionales o enfermas son una fuente constante de conflictos y esto es algo que debemos evitar. Entiendo claramente la importancia de mantener familias funcionales, de esta manera podemos resolver de forma saludable los conflictos que surgen en la vida.
Att.