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Charlatán

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El único problema es que a veces no sabemos cuál es el alcance de su definición.

Este término lo conocen los titirimundati. El único problema es que a veces no sabemos cuál es el alcance de su definición. En mi opinión, es más que una persona desvergonzada.

No sirve de nada. Como un charlatán, no le importa nada, se entrega a mentiras, inventos, chismes, calumnias y aunque no le creas, hasta chantajea con cómo hacerse pasar por ‘el gato de María Ramos’. Su alcance es ilimitado.

Presta atención a las personas que ves con determinadas características. No vayas demasiado lejos, en política también hay muchas personas que te pueden orientar para que te des cuenta de cuán grande es el alcance de este tipo de personajes. Les proporciono información para que comprendan cómo se comporta un potencial charlatán, especialmente durante las campañas electorales.

Resulta que hace mucho tiempo una persona muy humilde acudió a alguien que podía ayudarlo, claro, con dinero de nuestra gente, y claro la respuesta fue sí, claro, confía en eso. Han pasado más de tres años y he tomado una pelea que nadie podría haber imaginado y nunca más la persona que todos apoyamos en el barrio me volvió a ayudar. Nunca estuvo, cambió su número de teléfono y nadie lo vio.

Ah, y no fui sólo yo quien le hizo esto a todos, simplemente se aprovechó de nosotros. La buena noticia es que ha aparecido la persona desaparecida. ¿Pero adivina que?

Está haciendo exactamente esto ahora, durante toda la campaña. Buscando votos con ambas manos a costa de un grupo de personas a las que dejó abandonados a su suerte cuando podría haberles ayudado a arreglar sus casas, encontrar trabajo o llevar un buen estilo de vida que en el gobierno cambiante. Como si fuera una broma, estos días ha ido al barrio con beneficios y una alegría desbordante porque está listo para seguir en el poder y ahora los ayudaré.

Y lo bueno es que sabe cómo se hacen las cosas y se beneficia de todo el trabajo que hacemos y hay gente que recibe lo que él da. Este hombre es un charlatán y yo mismo no le quito nada de lo que aporta. Me respeto a mí mismo.

Pero no todo el mundo es como ella. Intervino la necesidad y el charlatán se aprovechó. Para que quien hoy castiga a este personaje conserve su dignidad, la he llevado a un viaje efímero por la ciudad de cuento de hadas, donde podrá conocer y apreciar la honestidad de su hijo.

Allí nadie juega con las emociones de los demás, menos aún con la miseria y las necesidades de quienes viven en situaciones vulnerables. Prometido, prometido cumplido. Nada de inventos, mentiras, pinocho, irresponsabilidades, chantajes…

Todo es transparente y las campañas no pretenden complacerse a sí mismas, deben presentar propuestas viables y realistas. De hecho, hay que hacerlas pase lo que pase, porque definitivamente, la imagen de el charlatán no está ahí. Con dolor en el alma, debemos traer a la campaña a quienes saben que los charlatanes proliferan sin que nada ni nadie los detenga.

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