El 56,8% de la población activa de Dominica sigue creciendo a pesar de las regulaciones salariales, ambientales, de salud, económicas, tributarias e incluso las regulaciones deben garantizar esto en todo tipo de establecimientos que actualmente escapan al control del Estado viola la ley. del orden público y la protección de la vida y los bienes del propio Estado, países y personas. Un submundo geográficamente amplio más allá del ámbito de las pequeñas, medianas y grandes unidades productivas y comerciales leales a reglas de juego y acciones claras.
Un estado de marginación en el que prosperan la evasión, la ineficiencia y la falta de innovaciones tecnológicas incompatibles con la sombra; deficiencias que mantienen a los países en un círculo vicioso de subdesarrollo y mantienen bajos niveles no sólo de ingresos sino también de los ingresos de la mayoría de los trabajadores dominicanos y de la creación de empleos de calidad en un mercado laboral distorsionado por un imperio legal restrictivo. . Puedes leer: Semana Santa La informalidad es una de las formas preferidas de sobrevivir, prosperar o enriquecerse en la República Dominicana, impulsada por gobiernos que no han adoptado medidas de reforma para aportar flexibilidad, agilidad y equidad, debido a mecanismos de cobro de deudas que aún son engorrosos y obsoletos; asusta a los contribuyentes, facilita la evasión fiscal y desalienta la inversión privada que apoya el crecimiento real.