Ciudad del Vaticano, 6 abr (EFE).- El Papa Francisco aseguró este sábado que amar la fraternidad en el mundo es posible con un esfuerzo roto, dijo en una audiencia con miles de voluntarios de la Cruz Roja Italiana, que el diálogo derribará los muros de la hostilidad. Su compromiso, inspirado en los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad, es también una prueba tangible de que la fraternidad es posible, dijo el Papa a los miembros de la Cruz Roja. Y añadió: “Si se pone a las personas en el centro, podemos dialogar, trabajar juntos por el bien común, superar las divisiones y derribar los muros de la hostilidad y la lógica de los intereses y el poder convierte al oponente en enemigo.
El Santo Padre recibió en el Aula Pablo VI a unos 8.000 voluntarios de la Cruz Roja que acudieron para celebrar el 160° aniversario de la fundación de la organización, el 15 de junio de 1864, bajo el nombre de Comité de la Sociedad para el Socorro de los Heridos y de los enfermos de guerra italianos. Ante la devastación y el sufrimiento provocado por la guerra, no lo olvidemos hoy, se ha producido una explosión de humanidad traducida en gestos y acciones concretas de ayuda y cuidado, sin discriminación de nacionalidad, clase social, religión o política. comentarios, elogió.
Francisco dijo a la Cruz Roja Italiana que su presencia fue muy eficaz y apreciada, especialmente en el contexto del estruendo de las armas que ahoga los gritos de la gente, su deseo de paz y su deseo de mutualidad para su futuro, agradeció a los voluntarios. Para las personas de fe, cada persona es sagrada. Toda criatura humana es amada por Dios y por tanto tiene derechos inalienables.
Alentados por esta fe, muchas personas buenas se darán cuenta del valor supremo de la vida, de ahí la necesidad de proteger ante todo a los más vulnerables, afirmó. En este sentido, dejó claro que los niños son los más vulnerables y explicó que muchos niños de la guerra de Ucrania se fueron a Italia. Estos niños no sonríen, han olvidado la capacidad de sonreír.
Que la Cruz Roja siga siempre siendo un símbolo elocuente del amor entre hermanos sin fronteras, sin importar la geografía, la cultura, la sociedad, la economía o la religión, instó. Porque, advierte, ningún contexto puede considerarse libre de sufrimiento. Es por ello que llama a la solidaridad global trabajando a nivel nacional e internacional.
Necesitamos normas que garanticen los Derechos Humanos en todas partes, enfatizó, una práctica que fomente una cultura de encuentro entre personas capaces de mirar el mundo con una perspectiva amplia. Francisco pronunció su discurso sin problemas, aunque ocasionalmente tosió debido a problemas respiratorios provocados por la gripe y esto, en las últimas semanas, le ha provocado que desista de dar conferencias y mensajes al público. Durante la audiencia con los voluntarios, apareció en la silla de ruedas que utiliza frecuentemente debido a sus conocidos problemas de movilidad y saludó a los miles de voluntarios de larga data, incluso luciendo un sombrero y el escudo de la organización.
EFE