Aunque no hubo informes de daños graves, las autoridades estaban revisando puentes y otras infraestructuras, y algunos vuelos también fueron desviados. Un terremoto con epicentro entre Nueva York y Filadelfia sacudió el viernes rascacielos y suburbios en el noreste de Estados Unidos, causando pocos daños pero dejando a millones de personas en zonas no familiarizadas con este tipo de fenómenos temerosos. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) dijo que más de 42 millones de personas pudieron haber sentido el sismo de la mañana, que tuvo una magnitud inicial de 4,8 con epicentro cerca de la estación Whitehouse, Nueva Jersey, a 72 kilómetros de Nueva York (45 millas al oeste y magnitud 50).
millas al norte de Filadelfia. Personas desde Baltimore hasta Boston y más allá informaron haber sentido el terremoto. Aunque no ha habido informes de daños graves, las autoridades todavía están revisando puentes y otras infraestructuras.
Asimismo, algunos vuelos fueron desviados o retrasados; Amtrak, el sistema de transporte ferroviario interurbano, ha reducido la velocidad de los trenes en el concurrido Corredor Noreste; y un ferrocarril de pasajeros en Filadelfia suspendió el servicio como medida de precaución. Dijo que pinturas y platos decorativos se cayeron de las paredes de la casa de Christiann Thompson en Whitehouse Station, según lo que su esposo le dijo por teléfono mientras ella trabajaba como voluntaria en la biblioteca. Los perros se pusieron frenéticos, asustados y corrieron por todos lados, dijo.
El jefe de bomberos de Whitehouse, Tim Apgar, dijo que no se reportaron heridos, pero los socorristas recibieron una llamada sobre alguien que olía a gas. Algunas de las piedras cayeron del histórico molino del coronel John Taylor, construido en 1760 y que suministró grano al ejército de George Washington durante la Guerra Revolucionaria Americana. En su oficina del piso 26 en el centro de Manhattan, Shawn Clark sintió el terremoto e inicialmente temió una explosión o un accidente de construcción.
Los vuelos a los aeropuertos de Nueva York, Newark y Baltimore fueron suspendidos temporalmente en sus ubicaciones originales mientras las autoridades revisaban las pistas en busca de grietas. En el centro de Manhattan, muchos conductores tocaron la bocina al sentir el temblor. Algunos residentes de Brooklyn escucharon un estruendo y sintieron que sus edificios se derrumbaban.