Los periódicos occidentales, incluidos los principales canales de televisión, publicaron el fin de semana pasado información relacionada con los ataques de Irán contra objetivos militares israelíes. Todas las noticias provienen de la misma fuente: Israel destruyó una gran parte de los drones y misiles (más de 300) lanzados por Irán. Este es el mismo periódico que, al comienzo de la guerra en Ucrania, declaró que Rusia se estaba quedando sin misiles y que el ejército de Moscú los había destruido.
Hoy sabemos que se trataba de una noticia falsa. Cualquiera que haya leído el libro El arte de la guerra sabe que en los conflictos bélicos no se permiten bajas, lo que significa que debemos desconfiar de las fuentes de ambos lados del conflicto. El gobierno de Teherán afirma haber destruido varias bases militares y un aeropuerto.
Irán dijo que llevó a cabo el ataque del sábado para vengar la muerte de varios diplomáticos y dos generales de la Guardia Revolucionaria en el bombardeo de su embajada en Damasco, la capital siria. Debemos recordar que en la guerra lo primero que se pierde es la verdad, y si la infraestructura militar de Israel no hubiera sido dañada, no soñaría con la venganza. Netanyahu ha provocado a Irán al buscar el apoyo de la comunidad internacional, que ha criticado el genocidio del pueblo palestino en la Franja de Gaza por parte de su ejército.
Le puede interesar: Kremlin llama a Israel e Irán a resolver diferencias sólo por medios diplomáticos Su popularidad decayó en la sociedad judía debido al fracaso de la campaña militar contra el grupo Hamás, tras el ataque del 7 de octubre que desató la campaña de Israel contra Palestina.