Es importante reducir el estigma asociado a los trastornos mentales para fomentar la búsqueda de ayuda y los tratamientos de extensión. Durante años, la salud mental de los jóvenes en América Latina, incluida la República Dominicana, ha estado en crisis. Según Unicef, en la región la ansiedad y la depresión representan el 50% de los problemas de salud mental en niños de 10 a 19 años.
Los cambios que experimentan en esta etapa de sus vidas hacen que los jóvenes sean especialmente vulnerables a estas situaciones. Según datos del call center Cuida tu Salud del Ministerio de Salud Pública, el 50% de las llamadas recibidas en el primer año de funcionamiento (marzo 2023 a marzo 2024) fueron de jóvenes de 12 a 29 años, o más. Más de la mitad de todas las llamadas estaban relacionadas con la ansiedad.
La ansiedad -una forma de estrés psicológico que se manifiesta como respuestas emocionales y físicas a la percepción de una amenaza- está estrechamente relacionada con la salud física y es un factor de riesgo para diversas enfermedades, como enfermedades cardiovasculares, problemas de sueño y del sistema inmunológico. Los niveles de ansiedad en los jóvenes han aumentado en los últimos años. Dra.
Laura V. Sánchez-Vincitore, psicóloga, investigadora y directora del Laboratorio de Neurocognitivo y Psicofisiológico de la Universidad Iberoamericana, Unibe. Ansiedad y empatía Actualmente, Sánchez-Vinciore lidera un proyecto de investigación que explora la relación entre ansiedad y empatía en estudiantes universitarios a través de métodos conductuales y neurocardiovasculares.
El objetivo de la investigación es conocer la prevalencia de la ansiedad y comprender cómo regula las respuestas emocionales y fisiológicas de los individuos durante las interacciones sociales, especialmente aquellas que requieren empatía. Al comprender cómo la ansiedad afecta la función cardiovascular y cómo esto puede afectar la capacidad de una persona para sentir empatía, se pueden desarrollar estrategias más efectivas para intervenir y tratar los trastornos de ansiedad, así como promover la regulación emocional y las habilidades de empatía en situaciones ansiosas y estresantes, dice. Según el Dr.
Sánchez Vincitore, la academia juega un papel fundamental en el diseño de políticas y programas. Es responsable de formar profesionales de la salud y, como generador de conocimiento, puede evaluar la efectividad de los programas de intervención y prevención en salud mental. Además, a través de sus métodos de investigación, es capaz de desarrollar sistemas de monitoreo efectivos para apoyar la rápida toma de decisiones en el campo.
Recolectar datos El experto explica que actualmente existen varios grupos de investigación liderados por psicólogos dominicanos que realizan una importante labor en la estandarización de herramientas de medición relacionadas con la salud mental adecuadas al contexto local. Sin embargo, se necesita más investigación y recopilación de datos para una comprensión más completa y precisa de la situación de la salud mental en la República Dominicana. Dijo que mejorar los enfoques de la salud mental requiere esfuerzos que incluyan una inversión óptima en servicios de salud mental accesibles y de calidad, así como la implementación de programas educativos y de prevención en salud mental.
Asimismo, cree importante reducir el estigma asociado a los trastornos mentales para fomentar la búsqueda de ayuda y el acceso al tratamiento. Esto implica una colaboración intersectorial para promover una cultura de bienestar, garantizando que las personas puedan acceder a recursos y apoyo que les ayuden a cuidar su salud mental, concluye.