Los más diversos comentarios, emociones tensas y ejercicios teóricos entre los expertos del sistema sanitario han provocado que en poco más de una semana se hayan anunciado tres sentencias contra centros médicos y una contra médicos. médico operado. Grupos de WhatsApp donde abundan los debates sobre temas tratados en la prensa nacional.
Algunos lo ven como un derecho y un modelo por el cual los pacientes que se sienten afectados pueden ejercer su derecho a la justicia. Arismendi Díaz Santana, presidente de la Fundación Seguridad Social Para Todos, ve esta situación judicial como una excelente oportunidad para reducir las profundas desigualdades en la relación médico-paciente, en beneficio de ambos. Díaz Santana dijo: “Recibí muchos testimonios, incluidos nombres y apellidos de médicos que cometieron actos imprudentes que causaron daños irreparables a afiliados y pacientes.
Dijo que en última instancia el tema es el derecho a la vida. Puede leer: Caso Caimán: acusaciones de congresista no se corresponden con la realidad, dice abogado Estos fracasos explican en parte la alta tasa de mortalidad actual. Hagamos de este problema una oportunidad para abandonar las malas prácticas y avanzar hacia una cultura de calidad y control de los riesgos de malas prácticas, afirmó Díaz Santana.
Sobre el tema también hablaron el antropólogo y urbanista Bernando Matías y la consultora y economista Magdalena Rathe. Para Matías, el insuficiente seguro de salud horizontal y vertical, la abolición del seguro de jubilación y la exclusión de enfermedad contribuyeron a la vulneración de este derecho. De hecho, las clínicas y hospitales fueron destacados en la segunda encuesta nacional de derechos humanos.
Éste es el ámbito donde más se violan los derechos. Según él, esto refleja la distorsión de todo el sistema y el desamparo del pueblo. Para muchas personas, el paciente sigue siendo un outsider, una estadística de facto.
La mejor evidencia, dijo, es que en todo lo que leo en todos los medios, muy pocas personas se ponen en el lugar del paciente afectado o de los familiares del fallecido. Para muchas personas, el paciente sigue siendo un outsider, una estadística de facto. La prueba más clara de ello es que en todos los medios muy pocas personas se ponen en la piel del enfermo o de los familiares del fallecido.
La cuestión de la judicialización del sector sanitario es verdaderamente espinosa y peligrosa en muchos aspectos. El economista Rathe dijo que esto afecta a muchas áreas, desde el acceso a los derechos de salud, la calidad, las finanzas, la ética, la economía política y los intereses en conflicto. Según él, es la complejidad de toda la interacción social.
No se puede observar de forma aislada. En un país con niveles de educación tan bajos, donde las decisiones para tomar medidas simples destinadas a mitigar eventos complejos se retrasan, donde casi no hay estadísticas confiables disponibles para almacenar, donde la calidad no se monitorea ni se mide. Para el investigador de República Dominicana, los pacientes no sabían si una determinada intervención estaba incluida en su cobertura de seguro.
Asimismo, asegura que en el país nadie sabe el precio o tarifa de nada y no puede compararlos, ni saber a qué tiene derecho. Este experto analiza la falta de concienciación de la población sobre cuestiones de salud tras las últimas sentencias judiciales contra dos centros médicos y un hospital de la red pública. Puede que sea más fácil dejar la decisión en manos del juez, especialmente si el abogado le convence.
Resulta, dijo el economista, que el juez no sabe nada del sistema de salud o de seguridad social, ni de su sostenibilidad, ni de dónde vienen los recursos, ni que la demanda es infinita y los recursos escasos. Asegura que aún falta conocimiento sobre límites de cotización, bajos salarios, evasión y fraude, así como avances tecnológicos que crean cada día nuevos productos y dispositivos médicos. Este experto también cita la falta de concienciación sobre temas como los márgenes de beneficio, los altos costes que acaparan todos los recursos, la falta de servicios de atención primaria, en definitiva, que se toman decisiones sin siquiera saberlo.