Tapachula.- La sequía ha reducido a la mitad el nivel del agua del río Suchiate, que separa a México de Centroamérica, donde los migrantes aprovechan caída en los brazos y Falta de agentes fronterizos para cruzar sin restricciones. La costa parecía desierta y donde había suficiente agua, las balsas que normalmente transportan a la gente desde Guatemala hasta el pueblo mexicano de Tapachula minaban el terreno y utilizaban sacos de arena para darles profundidad para viajar. También en este lugar, según confirmó EFE en terreno, no hay presencia de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), de la Guardia Nacional (GN) ni de ningún organismo que controle el ingreso de migrantes.
Vicente Castro, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), citó la última evaluación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre el nivel freático del Soconusco, incluido el río Suchiate, en el que informó que ha perdido casi el 50% de su nivel original. masa. Sólo en Chiapas, estado fronterizo sur donde se ubica Tapachula, más de la mitad del territorio enfrenta sequía, según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que advierte que casi el 60% de México sufre sequía.
de la sequía. El nivel de sequía varía de moderado a severo. Como muestra el río Suchiate, la crisis del agua está afectando la migración en México, que verá un aumento de casi el 77% en la migración irregular para 2023, con más de 782.000 extranjeros indocumentados descubiertos en la actualidad.
El venezolano Rafael Uzcôtegui fue uno de los migrantes que colocó trozos de madera para secar su ropa y la de su familia junto al arroyo, donde dijo que las altas temperaturas superiores a los 30 grados los dejaron deshidratados porque no tenían dónde dormir ni beber agua. El río está seco, (no podemos) nadar en el río ni bañarnos. (Pero) si cruzas rápido (la frontera) aquí está ‘seco’, no hay problema para cruzar, se cruza normalmente, pasan 1.000 (personas) cada día, imagínate, dijo a Efe.
Este migrante, al igual que cientos de sus compatriotas, había abandonado su tierra natal debido a la difícil situación económica que atravesaba, pero ahora todos estaban atrapados en la frontera sur de México, esperando encontrar su camino hacia la frontera norte. Según los propios migrantes, unas 1.000 personas cruzan diariamente este brazo del río, algunas permaneciendo en campamentos improvisados, mientras que otras continúan su ruta con temperaturas superiores a los 35 grados. Brayan, un mexicano que vive en Ciudad Hidalgo cerca del río, dijo que vio gente que podía cruzar el río caminando.
José Suárez, un venezolano que sintió la ola de calor, dijo que a pesar de la sequía no fue fácil cruzar el Suchiate, donde también tenían miedo por el agua contaminada. Dijo: ‘La mayoría viaja en balsa, la gente con dinero pasa, es riesgoso y hay muchos peligros, si vas solo te roban’.