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Reputación corporativa académica: activo estratégico de gran valor

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La reputación corporativa es un activo estratégico importante para agencias y organizaciones.

La reputación corporativa es un activo estratégico importante para agencias y organizaciones. Como todo activo intangible, su gestión depende de la identidad, la cultura organizacional y la imagen pública de la organización. Se une al equipo de gestión estratégica global liderado por DirCom (Director de Comunicaciones).

De esta manera, la gestión de la reputación no es más que gestionar la identidad, la cultura, la ética, la imagen, la responsabilidad social, así como la Marca Corporativa como creadora y comunicadora de valor en su matriz identitaria. La reputación corporativa de una universidad se refiere a la percepción general que tienen diversos stakeholders, como estudiantes, profesores, personal académico y administrativo, empleadores y la comunidad social en general, sobre una universidad en particular. Esta reputación se basa en una serie de factores como: calidad académica, excelencia en investigación, infraestructura, prestigio de los programas ofrecidos, éxito de los graduados en el mercado laboral, responsabilidad social, etc.

Por sí solo, significa el reconocimiento de que la conducta académica de una Universidad y el cumplimiento de sus expectativas por parte de los grupos de interés de una Universidad, de acuerdo con los compromisos que ha asumido, se expresan en la visión, misión y valores de la escuela; Todos estos son importantes para la búsqueda constante de la excelencia. La reputación de una universidad tiene un impacto positivo y significativo en su legitimidad, creando un ambiente competitivo para la institución y el público, y exigiendo mejores resultados en términos de procesos sustantivos; Excelencia en docencia, investigación y transferencia de conocimiento. Una reputación corporativa sólida puede ser importante para atraer estudiantes talentosos, atraer fondos para investigación, establecer colaboraciones con otras organizaciones y empresas y mantener relaciones positivas con la comunidad en la que opera la universidad.

En este sentido, las estrategias encaminadas a gestionar y mejorar la reputación de la empresa universitaria deben incluirse en una estrategia de comunicación global, integral y multifacética, en la que se expresen socialmente activos los valores de identidad de la universidad. Estas estrategias deben incluir: proporcionar programas de aprendizaje diferenciados y de alta calidad que respondan a las necesidades del mercado laboral y de la sociedad en general, invertir en investigaciones relevantes y resaltar los logros, así como las contribuciones de la universidad en diversos campos. Todo lo anterior requiere una comunicación efectiva con todas las partes interesadas, incluida la promoción de una cultura institucional de transparencia, integridad y responsabilidad social en el ámbito académico.

En este sentido, hay que añadir que la reputación de una universidad depende no sólo de los medios de comunicación sino también de la gestión y gobernanza institucional, con transparencia y credibilidad, contribuyendo a evitar una crisis de reputación. Las universidades deben mejorar continuamente la infraestructura y los servicios prestados para satisfacer las necesidades y expectativas de la comunidad universitaria. Esto se traduce en una cultura de calidad.

Implica gestionar proactivamente la imagen pública a través de relaciones públicas, marketing, con presencia sostenida en medios tradicionales y digitales. En definitiva, podemos decir que la reputación de una universidad es la suma de sus activos intangibles, que tienen un gran valor y requieren una gestión profesional. Tiene un aspecto objetivo que es la calidad percibida de cualquier actividad universitaria y un aspecto subjetivo que es el resultado de la percepción pública.

Por lo tanto, los grandes desafíos de la educación superior contemporánea son enfrentar un mundo cada vez más cambiante en una sociedad impulsada por el conocimiento y encontrar respuestas a las necesidades de investigación y tecnología. La tecnología y la innovación se encuentran en el umbral de un nuevo período de la historia de la humanidad. : la cuarta revolución industrial.

Frente a este desafío, gestionar la reputación de una universidad es un activo invaluable que puede contribuir significativamente al éxito y la sostenibilidad de una institución en el largo plazo.

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