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Silencio Administrativo en los Recursos Administrativos: Un ecosistema irresponsable

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Sin embargo, el silencio administrativo en medio de recursos administrativos provoca una peligrosa disfunción de este sistema.

En el panorama de las empresas y contratos públicos de República Dominicana, el silencio administrativo en los recursos administrativos surge como una señal preocupante de preocupación por la falta de rendición de cuentas y transparencia en la Administración Pública. Esta práctica, incluida la falta de respuesta de las autoridades a los llamamientos de ciudadanos o empresas, supone un grave obstáculo para la efectiva implementación de los derechos y la garantía de la legitimidad de los procesos contractuales. En primer lugar, es necesario entender que los recursos administrativos son un mecanismo prescrito por la ley para que las partes relevantes puedan apelar decisiones administrativas que consideren contrarias a sus derechos o intereses legítimos.

Estos medios, ya sean de revisión, de apelación o de otro tipo, son esenciales para garantizar el cumplimiento de los procedimientos normales y la correcta aplicación de las normas aplicables en materia de contratación pública. Sin embargo, el silencio administrativo en medio de recursos administrativos provoca una peligrosa disfunción de este sistema. Cuando un ciudadano o una empresa decide ejercer el derecho a recurrir una decisión administrativa, lo mínimo que puede esperar es una respuesta de la autoridad competente.

Sin embargo, a menudo la falta de respuesta deja a la persona en cuestión en un limbo legal, sin certeza sobre su situación o su capacidad para apelar. Esta falta de respuesta no sólo constituye una afrenta a los derechos civiles sino que también crea una atmósfera de inestabilidad y desconfianza en el sistema administrativo. Las personas y las empresas deben tener la seguridad de que sus quejas se manejarán con cuidado y transparencia, y de que recibirán una respuesta razonable que les permitirá conocer el resultado de su queja.

Por otro lado, el silencio administrativo crea percepciones de arbitrariedad y falta de transparencia en la gestión pública, erosiona la confianza en las instituciones y socava el Estado de derecho. Además, el silencio administrativo respecto de los recursos administrativos puede tener consecuencias especialmente graves en el ámbito de la contratación pública. En un contexto donde la competencia y la igualdad de condiciones son necesarias para asegurar la eficiencia y legitimidad de los procesos contractuales, la falta de respuesta a las solicitudes puede facilitar prácticas corruptas o sesgos excesivos.

Los recursos administrativos son una herramienta importante para remediar posibles violaciones o abusos en el proceso de contratación, y silenciarlos sólo perpetúa la impunidad y la falta de rendición de cuentas. No hay duda de que el silencio administrativo en materia de recursos administrativos crea un eco de irresponsabilidad que resuena en el corazón de nuestra democracia. Para construir un sistema de compras y adquisiciones públicas verdaderamente transparente y eficiente, es fundamental erradicar esta práctica y garantizar que todas las quejas ciudadanas sean atendidas de manera diligente y legal.

Sólo así podremos asegurar que el Estado cumpla con su obligación de velar por el bien común y proteger los derechos de todos los ciudadanos.

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