en Santo Domingo.- El candidato a diputado Yury Enrique niega enérgicamente y de manera inequívoca las acusaciones infundadas de Amnistía Internacional, que indican que República Dominicana aplica su política migratoria con Criterios racistas o xenófobos, en referencia a la deportación de ciudadanos haitianos. Enrique, quien aspira a convertirse en diputado del Distrito Nacional 1, reafirmó el derecho soberano de la nación dominicana a gestionar su política migratoria conforme a la ley establecida. Cualquiera que caiga en una situación migratoria ilegal en suelo dominicano puede estar sujeto a la política migratoria y a las leyes migratorias en general, dijo.
Aseveró que República Dominicana tiene derecho a aplicar su política migratoria sin ningún tipo de perturbación o influencia de organismos internacionales que desconocen la realidad que vive el país. Reconoció la aguda crisis económica, política y social que vive Haití, pero enfatizó fuertemente que no es responsabilidad de República Dominicana encontrar una solución a esta crisis. Enrique se preguntó por qué Amnistía Internacional no hizo las mismas preguntas a Estados Unidos, país que había anunciado a través de su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que enviaría a los haitianos por mar de regreso a suelo estadounidense.
El candidato a diputado aclaró que la comunidad internacional viene haciendo llamados desde hace muchos años en foros internacionales y diplomáticos, por lo que es apropiado que República Dominicana tome acciones respecto a la situación migratoria. Manifestó que lo que está sucediendo en la frontera con las pandillas haitianas que mantienen el control de gran parte de Haití es un tema de seguridad nacional de nuestro país. Además de nuestros continuos llamados a la comunidad internacional, debemos tomar medidas para prevenir posibles consecuencias de esta situación, afirmó.
Sobre la forma en que el actual Gobierno está abordando el problema haitiano, afirmó que deja mucho que desear. Puso el ejemplo de la canalización del río Masacre del lado haitiano, que dejó en difícil situación a los productores dominicanos por falta de agua para regar sus cultivos.