Los tomates, también conocidos como tomatillos, destacan por su versatilidad en las cocinas de todo el mundo así como por sus propiedades beneficiosas para la salud, especialmente en la prevención de enfermedades circulatorias y cardiovasculares. . Según estudios, esta fruta es una fuente importante de vitaminas C y E, potasio y fibra, y también contiene licopeno, un poderoso antioxidante relacionado con un riesgo reducido de enfermedades cardíacas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la importancia de consumirlo como parte de una dieta equilibrada. Incorporar tomates a las comidas diarias, ya sea en su estado natural, cocido o en diversas recetas y sopas, es una estrategia eficaz para mejorar la salud del corazón. Esto contribuye a la salud general y está en línea con las recomendaciones de la OMS, que recomienda consumir al menos 80 gramos de este alimento, equivalente a una de cada cinco porciones recomendadas de frutas y verduras al día como parte de una dieta saludable.
La importancia de esta fruta en la prevención de trastornos relacionados con el corazón y la circulación sanguínea ha sido respaldada por diversos estudios científicos, que destacan el licopeno como uno de los componentes más beneficiosos de la misma. Ricos en antioxidantes, los tomates favorecen la salud cardiovascular y contribuyen a la protección contra determinados tipos de cáncer. El tomate es considerado un fruto según la definición de la Real Academia Española (RAE), que lo describe como una baya roja, fruto de la planta del tomate, de superficie lisa y brillante, en la pulpa hay muchas ligeramente trituradas.
semillas. y bayas amarillas. Semillas.
Esta clasificación se basa en las características botánicas que definen al fruto: su origen botánico, la presencia de semillas y su carácter comestible. Aunque el sabor de un tomate no es necesariamente dulce, cumple con estos criterios, lo que refuerza su identidad como fruta. Además, por definición, el fruto procede del ovario de la planta después de la floración, característica para la que los tomates se adaptan perfectamente.
Sin embargo, existe cierta confusión sobre si los tomates deben clasificarse como fruta o verdura, que puede surgir de su uso culinario. En la cocina, los tomates a menudo se consideran una verdura debido a su bajo contenido de azúcar y su sabor que se inclina hacia el umami, un perfil de sabor asociado con el sabor salado en lugar del dulzor. Esta peculiaridad la diferencia de otras frutas de sabor más dulce, y suele servirse en platos salados como ensaladas, platos principales o como ingrediente de diversas preparaciones.
Esta dualidad muestra hasta qué punto, desde el punto de vista botánico, el tomate es uno. fruta, mientras que su clasificación como verdura proviene más de su uso y percepción culinaria. Según un artículo de la Asociación Estadounidense de Jubilados (AARP), organización sin fines de lucro que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida y la salud de las personas mayores de 50 años, consumir tomates ayuda a reducir la presión arterial y el espesor de la sangre.
Evite la acumulación de placa que puede causar coágulos de sangre. Es decir, el tomate actúa como anticoagulante, mejora el retorno venoso y previene las varices y las arañas vasculares. Gemma Chiva-Blanch, profesora de nutrición de la Universidad Abierta de Cataluña, explica en un artículo publicado en The Conversation que comer tomates puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y también puede reducir la incidencia de enfermedades coronarias.