Disponer de dispositivos de localización remota para los acusados de violencia física o de género es una contribución saludable para, al menos, minimizar la lacra del asesinato y el abuso de mujeres. Igualmente importante es que la iniciativa del senador Franklin Romero preveía que el costo de los dispositivos correría a cargo de los acusados. La realidad es que las órdenes de alejamiento, especialmente para aquellas acusadas de violencia de género, tienen poco efecto en la lucha contra el feminicidio.
Puedes leer: Denuncias infundadas En la exposición, Romero propuso además colocar el dispositivo al acusado como herramienta para monitorear sus pasos. El legislador explicó que el dispositivo no es más que una herramienta de monitoreo que puede usarse como pulsera, pulsera, tobillera o cualquier otra forma de conectarse a la red telefónica mediante tecnología GPS. En otras palabras, no es una tecnología complicada.
Los senadores deben considerar el proyecto de ley.
