En Ingolstadt nos esperan muchos desafíos. La compañía se prepara para la mayor serie de lanzamientos de su historia, en los que los vehículos eléctricos tendrán un papel protagonista. En un sector en completa transformación, el más importante en sus más de 100 años de historia, no todas las marcas se preparan de la misma manera para el futuro.
Empresas como Mercedes o BMW han apostado claramente por electrificar sus flotas de vehículos, lanzando al mercado modelos muy diversos. Sin embargo, Audi tiene dificultades para alcanzar a su rival más cercano. Su nuevo director general, Gernot Döllner, se enfrenta a un gran reto.
Audi necesita ponerse al día, pero los coches eléctricos no ocuparán un lugar central en los próximos años. Los coches híbridos enchufables todavía tienen mucho que decir. No hay duda de que la electrificación de flotas constituirá el próximo gran desafío para el sector de la automoción.
Europa se ha fijado como fecha límite el año 2035 para producir vehículos de combustión. Si bien este objetivo puede haber evolucionado debido al cambio de dirección política en Bruselas, las marcas lo han adoptado como un dogma empresarial. Una filosofía de vida que ha creado cambios significativos en la oferta de productos.
Muchas marcas demasiado entusiastas han asegurado una transición rápida. Mercedes anunció una flota 100% eléctrica para 2030, aunque luego admitió que eso no sucedería. Al menos el 50% de las ventas en 2030 serán eléctricas.
Un cambio notable. En Audi se embarcaron en una aventura muy similar. El ex director general de Audi, Markus Duesmann, asegura que en 2033 la empresa estará lista para abandonar la combustión, aunque no hay indicadores que así lo sugieran.
Los constantes problemas y retrasos que ha encontrado la línea e-tron, especialmente con el lanzamiento del Audi Q6 e-tron, han provocado un cambio de opinión. En junio del año pasado, Duesmann dio paso a Gernot Döllner. Un peso pesado del Grupo Volkswagen que ha ocupado varios puestos especialmente importantes, muchos de ellos en Porsche, donde trabajó estrechamente con Oliver Blume, actual director general de la compañía alemana.
Al llegar a la oficina más grande de Ingolstadt, Döllner se enfrentó a muchos desafíos, el más importante de los cuales fue la electrificación. Audi necesita recuperar el tiempo perdido y, si quiere alcanzar sus propios objetivos, debe acelerar el ritmo. En una entrevista con Autocar, el propio Döllner aseguró que nunca había visto algo así durante su carrera.
No escatimó esfuerzos y en pocos meses la cúpula de cuatro anillos quedó casi completamente transformada. Audi necesita flexibilidad para el futuro. Los coches eléctricos centrarán cierto interés general, pero también se ofrecerán otras opciones mecánicas, incluidos modelos térmicos e híbridos enchufables.
Sobre el segundo punto, Döllner reconoció que se trata de un ámbito en el que debemos considerar nuevas medidas, especialmente en China y Estados Unidos. También reconoció que la historia comercial de los PHEV es muy diferente. Aunque hace siete u ocho años era un mercado importante, el interés se desvaneció rápidamente.
Hoy, casi una década después, este interés parece reavivarse, incluso cuando la Unión Europea ha centrado toda su atención en ellos al garantizar que la llamada movilidad sostenible ya no existirá. Muchos usuarios no hacen un buen uso de la tecnología, pero en realidad esto no es culpa de las marcas. Todo el mundo sabe que se trata de tecnología de puentes y todavía lo es, pero el puente es más largo de lo esperado.
Ahora, la incertidumbre se apodera del mercado europeo y Audi parece decepcionada por la situación. Döllner, como muchos otros líderes de la industria, quiere que los políticos establezcan objetivos más claros en ambas direcciones. Actualmente, nuestra estrategia tiene una visión de más largo plazo que la de cualquier político del mundo.
Ante esta incertidumbre, Audi encontró que su plan para 2033 seguía en pie, pero se le dio un plazo de dos años para evaluar la situación. Si vemos que en 2026 la CIE será más relevante en ciertas regiones del mundo, lo discutiremos. No tiene sentido ser dogmático.
Debemos ser flexibles.