FedA ha aumentado en un 35% la producción ganadera y busca convertir la raza caprina en marca país Aunque la carne de cabra es un manjar gourmet que disfrutan muchos dominicanos, su rareza y costo la mantienen fuera de las mesas criollas; pero ahora vuelve en grandes cantidades y a mejores precios en supermercados y otras tiendas. El guiso de cabra, el asao de cabra, el queso de cabra con coco, el risotto y la croqueta de cabra, acompañados de chenchén de tostones o arroz con frijoles, ya no sólo están en los menús familiares sino también en las cartas de muchos restaurantes. El guiso de cabrito es tan popular y está tan arraigado en la identidad culinaria nacional que es indispensable en los principales libros de cocina o recetarios criollos de Internet.
Y ahora una iniciativa gubernamental busca convertir la cepa de cabra, de delicado sabor gracias a una dieta de orégano, en una marca país. El fin del desabastecimiento, el aumento del consumo y la mejora de precios son resultado del éxito de la primera fase del Plan de Recuperación, Rehabilitación y Desarrollo del Sector Ovino-Caprino de República Dominicana y de la innovadora campaña de Tamo en Chivo. A través de estas dos iniciativas, el Fondo Especial de Desarrollo Agrícola (FEDA) ha logrado un aumento estimado del 35% en la producción caprina, satisfaciendo la demanda de un valioso y nutritivo alimento cárnico de origen nacional.
Además, está trabajando para convertir la cabra liniero en una marca country. La organización no sólo busca satisfacer la demanda local y turística, mejorar las condiciones de vida de los productores, reducir las importaciones y beneficiar a los consumidores con precios más justos; pero también diversificar la oferta cárnica, ya que la cabra tiene un alto valor nutricional: es rica en proteínas, vitaminas B1, B2, B6, B12, D y E, además de hierro, fósforo, magnesio, potasio, calcio y zinc. La política pública cambia el mercado En mayo de 2022, la noticia fue desastrosa para los amantes de la carne de chivo: la carne de chivo es rara y cuesta 350 pesos la libra en la mayoría de los puntos de venta.
Dos años después, sin embargo, hay supermercados y chiveras que ofrecen abundantes trozos de chivo para cocinar, a 290 pesos: un ajuste de 60 pesos por 16 onzas sin perjudicar la ganancia del productor. Para ayudar a las cabras a recuperar su lugar en la economía y la gastronomía dominicana, la FedA otorgó 1.053 préstamos subsidiados, por valor de 300 mil pesos cada uno, a través del Banco de Agricultura, a muchos criadores. Los beneficiarios, establecidos en nueve provincias fronterizas criando cabras y ovejas, reciben una formación intensiva para convertirse en futuros empresarios y emprendedores en este ámbito.
Y están empezando a ver mejorar sus finanzas familiares y comunitarias, dijo el gerente general de la organización. El economista Hecmilio Galván explica que fue la política pública la que generó el cambio más drástico y rápido en el subsector manufacturero nacional, de una cartera de crédito de 21 millones de pesos en 2019 a 432 millones en 2023, lo que representa un aumento de más de 2,200% en cuatro años. Cambiando la cultura de criadores a emprendedores Para lograr un cambio cultural que ayude a los ganaderos a convertirse en emprendedores, la FedA ha realizado más de 200 actividades de sensibilización, socialización y capacitación en todas las provincias del país, así como siete grandes talleres educativos con la participación de más de 8.000 ovinos.
– criador de cabras. Estos empresarios ahora cuentan con habilidades que les permiten reemplazar las técnicas tradicionales de mejoramiento por métodos avanzados que garantizan mayores ganancias, agrega el economista Hecmilio Galván. Gracias a esta transferencia de tecnología, la producción informal, artesanal, primitiva y antigua se ha convertido en una actividad comercial con requisitos de salud, gestión, infraestructura y prácticas culturales, convirtiendo una actividad secundaria en una actividad comercial generadora de riqueza en la Dominica rural.
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