La primera noche memorable en Granada fue la noche de mi debut, lo que algunos periodistas llamaron «graadaz», nombre que hizo muy famoso este evento y al mismo tiempo trajo diversidad para aquellos entre nosotros que tenemos que soportarlo. Una foto tomada en las ruinas del Granadazo ilustra la noticia, en la que salimos todos abrazados como un gran grupo de amigos que íbamos abrazándonos, todos cubiertos de pólvora, felices de haber sobrevivido.
Les regalé a todos a Eu, asistente oficial de Don Manolete. Así cuenta la historia de todos:
Para ser un bar atractivo, Don Manolete creó Jueves del Granada, nada especial, sólo tres para cualquier bebida a partir de las nueve. Al mediodía en cuatro semanas transformó Granada en ‘nunca antes: un bar famoso’
Cuando quedó claro que había renacido, Don Manolete, con la intención de continuar con la renovación del bar, animó a los participantes. Los jueves en Granada, a las 11 horas lanzaba fuegos artificiales o «un palo simbólico», como él decía, para recordar a la gente que había que ir a Granada. Granada para beber, también para crear ambiente y anunciar así la hora final de las tres.»
Bien, con la barra llena de gente, salió don Manolete, seguido de toda la gente presente, para arrojó este «palo simbólico» y cualquiera que sea el motivo, el palo, colocado con mucho cuidado a una distancia considerable del público, se incendió en el cielo y además cayó aún brillante y muy rápidamente, explotando entre la gente. No fue realmente una explosión. , fue solo una gran nube de pólvora que nadie quería, un miedo terrible y un momento muy malo, pero nada más que eso. No hubo víctimas ni heridos, aunque lo cierto es que nadie pudo oír con normalidad tras aquel estruendo y todos los que presenciamos la explosión de la granada acabamos cubiertos de pólvora de arriba a abajo, como escribió un periodista, como auténtica brasa. hornos.