Santo Domingo.- Reformar la Constitución del país y resolver las complicadas relaciones con el vecino Haití, sumido en una crisis sin precedentes, es uno de los principales desafíos políticos para el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, reelegido hace una semana para un segundo y último mandato
Abinader ganó ampliamente las elecciones en la primera vuelta y el Partido Revolucionario Moderno (PRM, liberal y progresista) tomó el poder ganando 29 votos. 32 senadores y 146 de 190 delegados, jefes de Estado, no tendrán, por tanto, grandes dificultades para promover la reforma constitucional. Y poco después de conocer los resultados de las elecciones del 19 de mayo, Abinader, un economista de 56 años, anunció su intención de modificar la Carta Magna y dijo que esperaba que esta reforma «sea la última».
El objetivo, dijo, es impedir “la continuidad del poder dependiendo de la voluntad personal del presidente en el poder”. Al mismo tiempo, aprovechó para afirmar que este será su último mandato porque respetará «los límites de la Constitución sobre los plazos de reelección», permitiendo dos mandatos consecutivos e impidiendo la reelección elegidos por los dirigentes nacionales. un tercio.
En 2021, apenas un año después de asumir como presidente, el político dominicano llamó a los líderes políticos, económicos y sociales a impulsar una reforma constitucional para establecer la independencia de la fiscalía y otros organismos. , al igual que el Consejo Central Electoral (JCE).
Aunque esto es una promesa y una prioridad para el presidente, los analistas dicen que el cambio constitucional puede esperar y que el gobierno debería centrarse en promover reformas sociales y económicas, en un país con una tasa de pobreza monetaria general del 23,0% y una tasa de pobreza extrema del 3,2%. Haití, la espada de Damocles Uno de los otros desafíos que enfrenta Abinader es la relación con Haití, del que República Dominicana se separó hace 180 años.
Desde entonces, esta relación ha estado marcada por altibajos. , llegando en ocasiones a puntos críticos, como ocurrió el año pasado debido a la construcción de un canal en territorio haitiano para tomar agua de un río fronterizo.
A A esto se suma el hecho de que más de medio millón de haitianos , la gran mayoría indocumentados, viven en suelo dominicano, dedicados en gran medida a la construcción y la agricultura, donde se encuentran entre los empleados peor pagados
El supuesto maltrato a los haitianos y su continua deportación han generado duras críticas por parte de los dominicanos. gobiernos de organizaciones nacionales y extranjeras durante décadas. Para Iván Gatón, profesor y experto en política internacional, Haití es “la espada de Damocles” en la política exterior de República Dominicana, donde el gobierno tampoco tiene un interlocutor en el país vecino para discutir los problemas bilaterales debido a la crisis política y social. . al otro lado de la frontera.
En definitiva, dijo a Efe, «es un tema muy complejo» que, según los académicos, se ha convertido en la «principal» cuestión de política exterior del país.
Al mismo tiempo, Gatón destacó la «prudencia» del gobierno al no sumarse a la fuerza multinacional que se desplegaría para ayudar a pacificar el país vecino. Y es que, según académicos, un segmento de la élite haitiana “no tiene una visión positiva” de República Dominicana, por lo que consideran cierta la decisión del Ejecutivo Nacional de permanecer neutral en este tema.
Abinader, quien ordenó la construcción de un muro fronterizo y duras medidas para poner fin a la inmigración irregular haitiana, dijo que su gobierno no proporcionará ninguna otra forma de ayuda a Haití que no sea humanitaria, ya que no habrá cooperación en materia militar. asuntos en el marco de dicha misión, que encabezará Kenia
Otra prioridad de la política exterior es la relación con Estados Unidos, principal socio económico de República Dominicana y principal proveedor de capitales y turistas. al país caribeño. “Nuestra relación con Estados Unidos es fundamental”, enfatizó el experto.
