SEVILLA, 17 de mayo. (Prensa Europea)- El juzgado de Sevilla ha reunido este viernes, tal y como estaba previsto, al eminente jurado en el juicio a un hombre acusado del asesinato y hurto de otro hombre en septiembre de 2022 en Alcalá de Guadaíra, circunstancias por las que la fiscalía pide una pena total de 29 años de prisión. Sin embargo, originalmente también estaba previsto para esta fecha el inicio de la audiencia, con la presentación de los alegatos preliminares de las partes comparecientes en este proceso y el testimonio del imputado; finalmente se pospuso hasta el próximo martes.
En su escrito de acusación, la Fiscalía afirmó que el imputado, identificado como F.J.L.G., tiene actualmente 43 años y antecedentes penales que no pueden ser considerados a efectos de reincidencia; 25 años de prisión por asesinato y 4 años de prisión por robo con violencia, además de responsabilidad civil, una indemnización de 111.000 euros a la hermana y al sobrino del fallecido. La fiscalía informó brevemente que el incidente ocurrió entre las 10 a. m.
y la 1 p. m. del 24 de septiembre de 2022, cuando el acusado tenía como objetivo obtener beneficios económicos ilegales y crear condiciones para la apropiación de la propiedad de la víctima.
decidió acabar con su vida mientras los dos se encontraban en un descampado de la carretera Alcalá-Dos Hermanas, cerca del centro juvenil de Alcalá. En ese momento, según la fiscalía, el imputado agredió a la víctima y utilizó un objeto contundente para golpear la cabeza de la víctima, provocándole una fractura de cráneo, provocando que la víctima cayera hacia atrás, relacionado con intoxicación por alcohol, cocaína y opio. Lo que quiere decir es reducir la capacidad de defenderse.
Esta circunstancia fue aprovechada por el investigador, quien luego usó una bolsa para atar las manos de la víctima, le puso una bolsa de plástico y tela alrededor del cuello y usó palos para tejerlos formando una soga, a modo de torniquete, estrangulando a la víctima. como una cuerda indefensa y condenada. su vida en ese momento.
La acusación añadió que a continuación el acusado abrió la riñonera de la víctima y le confiscó la cartera y la cuenta bancaria, dirigiéndose a una tienda donde compró un teléfono móvil por valor de 99 euros por la cantidad de dinero sustraído a la víctima, todo ello. en el que intervino la policía.