Lo ocurrido en el Ministerio de Educación con el documental Expedición de Junio: Hacia la libertad o la muerte (2013, Fernando Quiroz), no solo fue un gran error inimaginable en una democracia, sino también un ataque a la libertad de expresión y una violación de los derechos creativos. Y es más, es un abuso de poder.
Quiroz, el autor del documental histórico, presentó el trabajo al Ministerio de Educación para su revisión en 2014 para su posible reconocimiento catalogado como material educativo recomendado para alta. escuela. estudiante.
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Esta es la definición perfecta de abuso de poder, inimaginable en este período democrático nuestro.
En otras palabras, el Ministerio de Educación licenciará materiales audiovisuales si el director incluye aspectos y temas que corresponden a un tipo de enfoque distinto. Lo que presenta es la acción heroica del 14 de junio.
Nada más. Este no es un documental sobre la era Trujillo, en el que, en cualquier caso, Quiroz, como creador, tendrá la libertad de elegir qué se incluye y qué no entra. Las condiciones impuestas por el Ministerio de Educación, ahora propiedad del profesor Ángel Hernández, no sólo son abusivas y dilatorias sino que violan el derecho del Director del Trabajo a centrarse en los acontecimientos patrióticos, a su juicio, que considere oportuno.
Obligarle a aumentar la producción, introduciendo variables no propuestas por el director, es un abuso y un acto propio de un régimen autoritario y coercitivo. La situación plantea un dilema inaceptable, por lo que es necesario tomar una posición por parte del Colegio Dominicano de Periodistas, la Academia Dominicana de la Historia, la Academia Dominicana de Periodistas Artísticos (Adopae), Sociedad de Anales de Arte ( Acroarte). ), los Archivos Nacionales, los historiadores individuales y las escuelas históricas de las universidades, especialmente la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
