Salud

Alimentación saludable y envejecimiento: la clave para una vida plena

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Nuestra dieta es importante en todas las etapas de la vida: cuanto antes la tomemos en serio, mejor.

Nuestra dieta es importante en todas las etapas de la vida: cuanto antes la tomemos en serio, mejor. A medida que envejecemos, la importancia de una buena nutrición se vuelve aún más importante. Nuestros hábitos alimentarios no sólo afectan nuestra energía diaria y nuestra salud física, sino que también desempeñan un papel importante en nuestra salud a largo plazo. Llevar una dieta equilibrada puede marcar la diferencia entre envejecer físicamente y resolver problemas de salud crónicos.

La clave de un régimen Comer favorece un envejecimiento saludable:
Variedad en el plato: Una dieta que incluya una variedad de colores, sabores y texturas asegura un aporte adecuado de los nutrientes necesarios. Las frutas y verduras frescas son fuentes importantes de vitaminas, minerales y antioxidantes que ayudan a proteger nuestras células del daño oxidativo asociado con el envejecimiento.

Masa proteica: Mantener la masa muscular y la fuerza se vuelve importante para la movilidad y la independencia a medida que envejecemos. . . Son esenciales fuentes de alimentos ricos en proteínas como pollo, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos bajos en grasa. Incluir proteínas en cada comida puede ayudar a mantener y reparar los tejidos.

Grasas saludables: Las grasas también son necesarias, en cantidades adecuadas. Elija grasas saludables como las que se encuentran en el aceite de oliva, los aguacates, las nueces y el pescado azul como el salmón, las sardinas y la tuna. Estas grasas son beneficiosas para la salud del corazón y pueden ayudar a reducir la inflamación.

Fibra para la salud digestiva: Las dietas ricas en fibra ayudan a mantener un sistema digestivo saludable, previene el estreñimiento y puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Las fuentes de fibra incluyen frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.

Controle la sal y el azúcar: Reducir el consumo de sal puede ayudar a mantener la presión arterial en un nivel saludable. Limitar el azúcar refinada y los alimentos procesados ​​puede ayudar a prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de diabetes.

Manténgase hidratado: a medida que envejecemos, somos más susceptibles a la diabetes y nos deshidratamos. Beber suficiente agua y minerales es fundamental para mantener el funcionamiento normal de los órganos y garantizar una piel sana. La cantidad depende de cada individuo, de cuánto come, del clima, de la actividad física y de si tiene problemas de salud que puedan limitar su consumo. En general, unos dos (2) litros para una dieta de 2000 calorías (1 ml/caloría/día).

Moderación y equilibrio: Por último, con variedad, equilibra igualdad y moderación. Incluye varios nutrientes: proteínas, carbohidratos y grasas. Disfrutar de alimentos saludables no significa privarse de los placeres habituales. Se trata de adoptar hábitos que sean sostenibles en el tiempo. Todo, o casi todo, con moderación.

Una dieta moderada, equilibrada y variada puede marcar la diferencia en la forma en que envejecemos. Invertir en salud a través de la nutrición no sólo mejora la calidad de nuestras vidas ahora, sino que también nos prepara mejor para vivir una vida activa y plena como adultos. Combinar la nutrición con actividad física, ejercicios cognitivos, vida social, gestión del estrés y un manejo adecuado de nuestra enfermedad puede incluso contribuir a prevenir el deterioro cognitivo. Esta columna es una sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a articulos@sodonuclim.org y puedes encontrarnos en @sodonuclim.

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