La Habana.- Dianis, un cubano de 28 años, y su hija Adenys, de 13, combinaron camisas negras para parecer marineros corriendo por la energía nuclear bajo Kazán. Rusia. Ambas sonreían impacientes en la larga cola para abordar el destructor Gorshkov, como lo hicieron cientos de personas.
Madre e hija hicieron cola durante tres horas junto a la Bahía de La Habana, donde finalmente el 12 de junio el ruso La Armada formó una flotilla que incluía un destructor y un submarino modernos. Pero esperar no es un problema para ellos.
«Es algo muy emocionante. Es la única oportunidad para mucha gente y es algo sumamente emocionante», dijo la madre, quien un día descubrió la existencia de las visitas. EFE. antes de salir del trabajo en el Museo de Bellas Artes de la capital cubana.
Desde el pasado jueves, el flujo de curiosos no ha cesado a pesar del mal tiempo. La fragata Gorshkov está abierta al público de 12:00 (16:00 GMT) a 16:00 (20:00 GMT). Este sábado era el último día para abordar el barco.
Sin embargo, muchas personas, como Dianis y Adenys, llegaron a la bahía pensando que podrían abordar el submarino de Kazán. Una de ellas era Ariana, de 59 años, que esperaba su turno junto a su marido y sus dos hijas desde las nueve de la mañana. Toda la familia procedía de la ciudad habanera de Regla y tuvo que tomar una embarcación para llegar hasta allí.
