WASHINGTON.- Las Fuerzas Armadas estadounidenses enfrentan una crisis suicida, en gran medida debido a una mala gestión inferior a los servicios militares de salud mental contratados por el Pentágono.
“La tasa de suicidios militares ha aumentado constantemente, incluso en tiempos de paz, y el número ahora supera el número total de muertes en combate en las guerras de Irak y Afganistán”, afirma un artículo publicado en The New York. Times.
Los medios revelaron que los proveedores de salud mental contratados por los militares informaban a los líderes de brigada, quienes a menudo no actuaban en el mejor interés de los militares.
La investigación reveló que los que buscaban ayuda eran enviados al Servicio de Salud Mental del Ejército, que sólo contaba con unos 20 consejeros. Son responsables de atender a 12.000 miembros de las fuerzas armadas que necesitan su asistencia, situación que obliga a los soldados a esperar semanas o meses para obtener una cita.
