Junio es un mes hermoso. Los católicos adoramos a los Sagrados Corazones de Jesús y a la Madre María.
En ambos lugares, vemos el amor infinito de Dios por la humanidad, expresado en el Sagrado Corazón de su Hijo Jesús, y el amor maternal de la Virgen. María, reflejo de la misericordia de Dios. Ambos, unidos en un amor infinito, nos invitan a la conversión y a la santidad.
En el Sagrado Corazón de Jesús está presente un símbolo de su pasión y sacrificio por nosotros cuando vemos la imagen herida de Aquel que tuvo Su corazón traspasado, murió en la cruz para redimirnos del pecado y Quien nos abraza incondicionalmente y nos invita a la conversión.
Por otro lado, el Sagrado Corazón de María refleja la imagen maternal de la Virgen amor por la humanidad. Su corazón está lleno de compasión y amor, reflejando la ternura de Dios hacia sus criaturas. María es modelo de fe y esperanza, nos enseña a confiar en el amor de Dios, especialmente en los momentos difíciles. Amar. Seamos devotos de Él y sigamos el ejemplo de este amor, y así vivamos con el corazón lleno de caridad hacia nuestros hermanos.
Dios nos ama infinitamente, Él que nos da misericordia y nos acompaña en el camino. el camino hacia la santidad. . La devoción a estos corazones es una invitación a vivir con corazones abiertos al amor, la compasión y el servicio a los demás, reflejando el amor infinito del corazón de Dios.
