Hace unos días, compartiendo una amena conversación con amigos dominicanos del ajedrez -profesores, directivos y aficionados especiales-, todos apasionados de los Juegos Científicos desde hace más de 40 años, confirmo la nostalgia de algunos de ellos cuando han comentado, y ciertamente comparamos los fracasos actuales del criollo con los de los años 65 al 95.
Y no estamos hablando sólo del descenso en el nivel de calidad del ajedrez durante los últimos 12 años, donde actualmente solo hay un jugador con más de 2300 puntos en los rankings a nivel internacional, además, a partir del fracaso institucional que sufrió el ajedrez con cambios de estatus casi por decreto, se reportaron elecciones fraudulentas a los respectivos organismos deportivos, los expedientes están a la espera de la Informe Final en el Departamento de Auditoría desde 2018 y otras quejas se plantean sistemáticamente en la prensa y han caído en cajones y rincones olvidados.
Hablamos de las subvenciones y fondos millonarios recibidos durante la situación actual y su ausencia en el pasado, con la curiosidad de que “antes” hubo 6 títulos de Maestro Internacional – el último título fue de Lisandro Muñoz en 2007 – y Gran Maestro de Ramón Mateo, en 2008.
Se aclara que el título de Master Candidate no existía antes de estos 2000 y tienen calificaciones profesionales inferiores a GM, MI y MF; Lo pueden obtener con relativa facilidad jugadores que a veces solo alcanzan 2200 ELO y está esencialmente creado para motivar a niños y adolescentes a lograr el dominio.
En un ambiente muy cordial y amigable, se comentó que a cambio de Unidad responsable del desarrollo de este deporte, el proyecto independiente se creó en 2016 con financiamiento privado. Un particular llamado Ajedrez Joven RD, quien recibió IM después de 4 años (Josué Araujo – 2019) ha demostrado que, con menos capital pero con responsabilidad y Con una gestión adecuada, los actores a nivel internacional pueden comunicarse bien. Incluso Araujo anotó más de 2330 puntos y actualmente es el subcampeón nacional.
Un profesor intervino en la discusión y habló sobre los resultados de los recientes Juegos Olímpicos, donde los equipos de Dominica terminaron en el puesto 99 en la general y en el 110. en las mujeres, dos veces. Relató que en ambas ramas, los equipos del continente africano perdieron más de una vez, lo que es concebible en las citas olímpicas de los años 70 y 80.
Una de las consecuencias del declive institucional y técnico del torneo. Los fracasos de Dominica y el fracaso de las políticas implementadas, incluido el clientelismo, el trato preferencial y el exclusivismo, han significado que algunos grandes maestros certificados por la FIDE, ex directivos, árbitros y entrenadores, y aficionados en general hayan sido excluidos del “entorno ajedrecístico nacional”, por lo que ya no aportan conocimientos valiosos y la experiencia no se adquiere por casualidad o por experimento, como pensaban los filósofos enanos de Jaque Pastor.
Entonces surge en los ajedrecistas verdaderamente devotos del juego científico durante décadas, porque así es. Es desgarrador verlo deteriorarse, con la complicidad de autoridades superiores que deberían investigar al menos objetivamente por qué los resultados del concurso no corresponden a los fondos públicos y privados, donaciones y otros ingresos que recibe la organización para abordar fallas de planificación, higiene institucional y económica. transparencia realidad.
Con suerte, en lugar de nostalgia, crecerá la esperanza de que una vez más tengamos ajedrez con clase y prestigio, y logremos títulos de Gran Maestro General y Maestro Internacional, incluido el primer Gran Maestro Internacional. Al menos, como decía el poeta chileno Aquiles Jiménez: los sueños no cuestan nada.
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