Ha convertido el optimismo en una marca, es su identidad. Ningún problema es lo suficientemente grave como para provocar insomnio. Nunca ha habido quejas de enfermedad o abandono. Nunca insinuó un desastre en aquella época fatídica de desapariciones y exilios, de prisiones y amenazas. Compensa las ausencias con recuerdos de momentos felices.
Con el consentimiento del inseparable Diego, convierte el jeep Willys de la pareja en un carrusel para transportar a las niñas a su finca, más cerca que cualquier otro del paraíso. parque de atracciones. No le importaba si había espías en el viaje o no. No asistió al funeral y las palabras de condolencia fueron un comentario conmovedor que enfatizaba las virtudes del difunto. Le gustaba viajar en uno de los carruajes de la ciudad, tirado por un caballo cansado, más alerta que Pablo o Tomás, los aurigas de confianza.
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Ella escapa de la historia de las cosechas fallidas y justifica las pérdidas demostrando conocimientos empíricos de siembra y recolección de caña, similar a su doctrina de los fundamentos del bridge de que su desempeño como jugadora es óptimo. Sofocó los rumores de terremotos, huelgas, maremotos y chismes de pueblos pequeños. Apreciaba mucho los logros de sus allegados y era un confidente, cómplice de las travesuras de su primer, segundo y tercer sobrino. Apaguemos los escándalos causados por los embarazos extramatrimoniales, luego forzados, así como las rupturas matrimoniales que conducen al temido «divorcio». La vejez no la desanimó, aún mantuvo su tenacidad y entusiasmo. Para apoyar el entusiasmo, la silla que se utilizaba para soportar los problemas óseos provocados por los años se pintó de rojo. Atenta a las actividades de la familia, indagó sobre su trabajo y sentimientos y los invitó a visitar la propiedad que ella autorizó hasta la separación.
Evitó el peligro, Evite mencionarlos. Acepta los riesgos y desafíos de vivir sola, rodeada de árboles, arroyos y guardianes que cree leales. No hizo caso de las advertencias de sus hijos, nietos, hermanos y de un inmenso número de sobrinos que iban más allá del parentesco.
El evoca el excesivo y esquivo optimismo de la La inolvidable tía Tenaida Brugal Muñoz, es recurrente cuando resuenan las declaraciones triunfales del presidente y las legiones ratificando el primer mandato y preparando la campana de inicio del segundo período. Nada puede cambiar el campo del éxito con sus números y récords. El redundante mantra oficial “nunca antes” se repite una y otra vez. El gobernante confesó una vez: “No soy Dios para resolver esta situación en tres años”, pero esto es lo más parecido a la divinidad y tal vez los próximos cuatro años sean suficientes para completar su trabajo. Con extremo optimismo, el presidente siempre tiene una respuesta para cada situación e incluso su silencio provoca aplausos y sonrisas. LA Semanal fue una prueba de la excesiva obediencia y mediocridad de algunos de sus participantes que alimentó el egoísmo. El optimismo oficial es contagioso pero genera compromiso. Vale la pena compararla con su tía, aunque es necesario determinar la diferencia. Ella no maneja el estado ni gobierna más allá de los límites de la emoción.