COOPERSTOWN, New York – Si le preguntas a Adrián Beltré cuál es el mejor momento de su carrera, el ex tercera base no duda en responder: el 30 de julio de 2017, cuando el dominicano anotó el gol número 3.000 de su carrera en Grandes Ligas. Major League Baseball.
Se podría decir que con este logro, Beltré selló un argumento ya fuerte para la elección al Salón de la Fama. Y efectivamente, este domingo, el nativo de Santo Domingo será oficialmente incluido en Cooperstown junto con Todd Helton, Joe Mauer y Jim Leyland.
Ese domingo, en el Ballpark Old Arlington, hace casi siete años, Beltré conectó un doblete de 3-0 contra el zurdo de los Orioles, Wade Miley, deleitando a los fanáticos de los Rangers y, por supuesto, a toda su familia presente.
“Creo que es un 3.00 que es el número 1, para muchos por diferentes razones”, dijo Beltré. “Número 1, nunca pensé que estaría allí. Cuando llego a las grandes ligas, estás feliz de estar allí. Estás sentado en un rincón. No dices nada.
“En ese momento no esperaba jugar tanto tiempo”, continúa Beltré, ahora de 45 años. “Nunca pensé que estaría en una conversación con 3.000 visitas. Eso no estaba en mi mente. No juega con números. Y no me veo como un jugador capaz de lograr eso.”
En 2003, Beltré -ya en su sexta temporada en Grandes Ligas con sólo 24 años- jugaba para los Dodgers con el Salón de la fama Rickey Henderson, quien a sus 44 años se encuentra en la última temporada de su espectacular carrera de 25 años en las Mayores, Henderson se retirará como líder de todos los tiempos en bases bateadas robadas con 1,406 y carreras anotadas con un récord de 2,295 ese día.
“Me sorprendieron los números que tenía”, recordó Beltré sobre Henderson. “No lo era. Debe ser un tipo de números, pero cuando estos números aparecían en el marcador del estadio, cuando veías los números lo había hecho, pensé: ‘Vaya, eso es increíble’.
“Nunca pensé que hablaría con Rickey sobre el éxito”, dijo Beltré. Para mí era inimaginable.
“Cuando llegué a esa cifra, era increíble que hubiera llegado a la meta. Pero allí estaba mi familia en el campo, abrazándome y contándome las grandes cosas que Me dijo. Yo era el número 1 ese día. Sabes, me encanta el béisbol, es mi pasión, pero soy un hombre de familia. Lo hago por mi familia. La presencia de mi mujer, mis hijos, mis padres… fue un momento que nunca olvidaré. Por esa razón, este es definitivamente el mejor momento”.
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