Comienza julio, el séptimo mes del año, con su significado. Existen decenas de leyendas que explican su importancia. Referencias a la Biblia, la Cabalá y la realidad de los siete mares, los siete pecados capitales, las siete notas musicales, las siete maravillas del mundo, el setenta y siete perdón. Y para quienes estudian la naturaleza de los números, es inevitable incluir a los hermanos Grimm en la lista de los siete enanos que protegen a Blancanieves. El inicio de julio deja tras de sí una serie de contradicciones institucionales que informan diferentes tiempos, sin mencionar los nublados por respeto a Octavio Paz y sin mencionar la temida temporada de huracanes.
Poder El primero del Estado con El corredor de maratón decidió revisar el tesoro de expedientes pendientes para complacer al presidente, pero también para amenizar despedidas aburridas o vacilantes. Entre la “ayuda de Dios” solicitada por el Presidente del Senado, para que el Código Penal figure entre los logros del primer período del gobierno abinaderista y la certeza de su aprobación, expresó el otro senador, está el horror a la tinta. Diferentes finanzas satisfarán al populismo criminal. Refinadas durante décadas para evitar la legalización del aborto, las categorías ofrecidas en el texto son típicas de una discusión angular. Es la necesidad de organizar un encuentro para celebrar el exterminio de las personas “antisociales” y saludar la detención interminable en centros de reeducación inexistentes.
Podemos leer: Permiso con impunidad
En 2014, cuando el típico clasificador aficionado fue aprobado en primera lectura, una pequeña comunidad jurídica, alejada de la atención y el oportunismo, expresó sorpresa. Luego, en el Senado, sólo Julio César Valentín votó en contra. Su experiencia como funcionario del poder judicial y de la fiscalía le impidió aceptar conceptos absurdos, glorificados como logros. Errores. El país considera normal que tras la promulgación de la Ley 1-24 que crea la Dirección Nacional de Inteligencia, Palacio invite a la discusión para considerar la inconstitucionalidad de algunas disposiciones. Esto es cuestionable pero válido. El clamor provocado en el oficialismo por la promulgación de la ley sobre el Departamento de Contabilidad del RD-CCRD- nos obliga a recordar una de las parodias de la nueva era. Las autoridades decidieron proteger la CCRD, citando la necesidad de nuevas regulaciones. El dirigente, luego de condenar a ex integrantes de la CCRD y provocar la suspensión del inicio de la Operación Caracol, diseñó la Cámara del Cambio, la cual elogió y fue muy apreciada por el entonces presidente del Senado. Los escándalos relacionados con las acciones de un atónito presidente de la organización, rehén de los zares civiles, quedaron en el olvido. El trabajo del Departamento perdió todo interés. La decisión es “dejarlo así” hasta que se promulgue la ley. El testigo oficial dirige las voces del pueblo a ensayar el guión para crear un sentido de participación. Además del suministro de pergaminos, el Congreso deseaba explorar otras propuestas. Quieren recompensar sus contribuciones a la campaña electoral y contribuir a redactar el discurso final del período 2020-2024, para que resuenen los aplausos en la Asamblea Nacional. A partir de hoy la fiebre aumentará.
