São Paulo.- El plan de inaugurar el templo de Lucifer cerca de la ciudad brasileña de Porto Alegre, con una estatua del diablo de 5,5 metros de altura, causó polémica fue rechazado por los locales. autoridades y acusado de amenazar a los fundadores.
La estatua del diablo alado, hecha de cemento y que pesa más de una tonelada, es la imagen de Lucifer más grande en Brasil, según los fundadores del templo.
El maestro Lukas de Bará da Rua, uno de los líderes del grupo, explicó a Efe que el espacio se utilizará para realizar retiros espirituales en los que se estudian los demonios.
“Para nosotros, estos son “los dioses que las iglesias cristianas acabaron denigrando porque buscaban enemigos, ofensores de la humanidad”, afirmó el habitante de Gravataí, de 43 años, añadiendo que “el bien y el mal están presentes en todos” y que no promueven “la culto al mal”.
La instalación del santuario generó entusiasmo entre la gente del pueblo, y las redes sociales se inundaron de cientos de mensajes pidiendo “misericordia” o insistiendo en que “Jesús es el camino”.
En medio de la polémica, un tribunal prohibió temporalmente la inauguración, prevista para la madrugada de este miércoles, e impuso una multa de 50.000 reales por día (unos 9.000 dólares) tras una solicitud del ayuntamiento de Gravataí.
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Decisión del tribunal se basó en la ausencia de una licencia para operar el recinto y también citó “incertidumbre”. “por las grandes consecuencias” de la noticia.
Sin renunciar a la posterior inauguración del templo, el profesor Lukas de Bará recuerda que se acercan las elecciones municipales en Brasil y que debido al peso de las iglesias protestantes en sociedad, ningún político no querría considerarlos como enemigos.
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“Somos víctimas de la intolerancia religiosa. “El mensaje de Jesús es amor por la humanidad, pero lo que vemos de sus seguidores es exactamente lo contrario”, dijo el fundador.
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