(Prensa Latina) El ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz Remigio Ceballos informó sobre el desmantelamiento de una banda criminal que traía de Estados Unidos partes y municiones de armas de guerra a Venezuela, trascendió hoy aquí.
En comparecencia televisiva anoche el alto funcionario ofreció los detalles de esta operación en la que los implicados se dedicaban a trasladar desde esa nación equipamiento para ensamblar esos artefactos y distribuirlos con el objetivo de asesinar, destruir y generar caos en el pueblo venezolano.
Detalló que los implicados traían desde el país norteño cajas de madera con doble fondo en el que colocaban las partes de las armas y municiones y en la parte de arriba las herramientas.
“Todo esto mediante una empresa de envíos desde Estados Unidos hasta Venezuela”, apuntó.
Como evidencia mostró partes y piezas de armas de guerra de AK-47 y R-15, además de vehículos aeronaves, embarcaciones, mil 843 municiones y un revólver. Apuntó que se encuentra detenido el piloto de la aeronave Leonardo Atilio Micaleti Hernández y el funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas y Criminalísticas Argelio José Alcalá, quien fue capturado en Caracas por sus propios colegas.
Explicó que las investigaciones determinaron como cooperador a Mauricio Andrade Santamaría, venezolano y militar activo en Estados Unidos, quien mantenía comunicación con Micaleti, además del operador logístico Jean Carlo Michel Ramírez, que enviaba las armas de Estados Unidos.
El ministro venezolano precisó que estas organizaciones contactaron con bandas criminales en el país para generar desestabilización y se refirió a las organizaciones desestabilizadoras paramilitares autodenominados comanditos, que son dirigidos por el partido Vente Venezuela.
Estos grupos criminales lo que intentaron hacer en el país en estos días fue tratar de imponerse por la fuerza para tomar el poder de manera ilegal contra el pueblo, la nación e instituciones del Estado, subrayó.
Estos contaron, dijo, con el apoyo de Organizaciones No Gubernamentales y de gobiernos extranjeros, junto a delincuentes constituidos “en bandas criminales de quinta generación” que no es otra cosa que la alianza de partidos políticos con bandas criminales para obtener sus objetivos mediante el engaño a algunos.
Manifestó que utilizaron grandes sumas de dinero para cometer todos estos crímenes, con un alto nivel de operaciones sicológicas y utilizando redes sociales como Instagram.
Los planes fueron dirigidos desde Estados Unidos, Colombia, Chile y Ecuador, y entre sus objetivos de destrucción estuvieron la quema de bienes públicos y privados, golpear personas y destruir símbolos religiosos y patrios como la estatua de El Libertador Simón Bolívar y del comandante Hugo Chávez.