La fuerte presencia del sector público en la economía y la satisfacción de las necesidades del pueblo es una de las realidades especiales de los países miembros de la Unión Europea, con el objetivo de lograr objetivos de protección social más elevados. A esto se le llama Estado de bienestar.
La construcción de un Estado de bienestar se centra en garantizar la seguridad social para todos los ciudadanos. El gasto en protección social por sí solo representaría el 27,2% del PIB en 2022, multiplicado por 1,5 del gasto público total de la República Dominicana según estas disposiciones. Este gasto se distribuye entre gastos en pensiones, desempleo, salud, asistencia social, educación, vivienda, etc., consumiendo una porción muy importante de los recursos del sector público, cifra que en algunos países de la región supera la mitad. del PIB.
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Veamos algunos ejemplos. En España, el gasto público en 2022 representa el 46,6% del PIB y de este total, el 55,4% se destina a seguridad social. En Francia, representa el 57,3% del PIB, del cual el 56,2% se destina a la protección social. En Alemania es del 48,6%; De esta cantidad, el 60% se destina a protección social. En el caso de Italia, el gasto público representa el 55,20% del PIB y en este nivel, el 53,6% se destina a protección social. En Suecia, el gasto público representa el 49,2% del PIB, del cual el 53% se destina a la seguridad social. Aún se podrían citar otros ejemplos.
La mayor parte del gasto en protección social en la Unión Europea se asigna al seguro de pensiones (46,3%), seguido de la asignación de recursos para cuestiones de salud (30%). . El 8,6% se destina a cubrir las necesidades de las familias y los niños, el 7% se destina a la lucha contra la discapacidad, el 4,3% se destina al desempleo y el 3,8% se destina a cubrir las necesidades de vivienda y exclusión social.
Garantizar un nivel básico de bienestar para todos los ciudadanos, incluido un sistema de protección social verdaderamente receptivo, satisfacer las necesidades básicas y proteger a las personas contra riesgos económicos y sociales como el desempleo, las enfermedades, la discapacidad y la vejez, explicando por qué los países desarrollados tienen mejores indicadores de desarrollo humano. . En efecto, los estados miembros de la Unión Europea pertenecen al grupo de países con niveles muy altos de desarrollo humano, según el Informe de Desarrollo Humano 2023 de las Naciones Unidas.
En el caso de República Dominicana Lo que se observa Débil presencia del sector público en la economía y en la satisfacción de las necesidades básicas de la población. El gasto público representa sólo el 18,5% del PIB y el gasto en protección social representa sólo el 4,1% del PIB; solo hay 15 en la Unión Europea.
Una manifestación específica de los datos anteriores es la siguiente. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la distribución de personas mayores de 65 años por fuente de ingresos en 2021 en el país es la siguiente: el 15,8% recibe únicamente pensiones; el 2,2% recibe ingresos del trabajo y pensiones; el 24,6% sólo recibe ingresos del trabajo; y el 57,4% no recibe empleo ni ingresos por pensiones. Esta situación constituye un gran desafío para nuestro país, ya que la proporción de personas de 65 y más años que no reciben ingresos laborales ni pensiones se encuentra entre las más altas de América Latina, justo detrás de El Salvador. I Siempre enfatizamos que un país como República Dominicana, que aspira a convertirse en un país con un altísimo nivel de desarrollo humano, debe mirarse en el espejo de los países que han logrado ese desarrollo. Por su alto nivel de desarrollo humano, los países de la Unión Europea son un buen ejemplo. Nuestro caso es un mal ejemplo.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos se han comprometido a construir sociedades inclusivas para todos los ciudadanos, garantizando el derecho a un nivel de vida mínimo acorde con su dignidad como seres humanos. Pero tuvo un precio y lo pagaron.