Madrid.- La ONG ecologista Greenpeace denuncia que las cámaras térmicas alcanzan temperaturas de 65 grados en puntos madrileños como la plaza de Callao y exigen medidas como regeneración urbana para combatir el calor extremo.
Según Greenpeace en un comunicado, las cámaras térmicas muestran claramente los puntos calientes de la capital, reflejando lo que está sucediendo en toda la geografía española.
Por tanto , en la Puerta del Sol, la emblemática plaza de Madrid, que no tiene árboles ni vegetación tras su reciente renovación, las cámaras térmicas utilizadas por Greenpeace midieron una temperatura de 54,8 grados.
En la vecina Plaza Mayor, las temperaturas han Se alcanzaron los 63,5 ºC y en la Plaza de Callo, cámaras térmicas han medido temperaturas que «no bajan» de los 65 ºC.
En las inmediaciones del Museo del Prado se midieron temperaturas «cercanas» a los 45 ºC, incluso » A pocos metros», las cámaras térmicas registraron temperaturas «mucho más frescas», cercanas a los 27ºC, debido a los árboles y fuentes del Paseo del Prado, añadió Greenpeace, destacando que la presencia de árboles maduros «es una de las mejores defensas contra el calor extremo». .»
En este sentido, la organización también midió la temperatura de la Plaza Cuarta de Santa Ana, donde el Ayuntamiento planea talar árboles para renovar el estacionamiento.
» La temperatura medida ayer por Greenpeace fue superior a 53 oC en las zonas sin árboles, mientras que en las zonas con árboles la temperatura superó los 53 oC, preferentemente entre 15 y 20 oC. Llama especialmente la atención la situación del parque infantil situado en una zona sin árboles de la plaza de Santa Ana: la temperatura oscila entre los 67°C y los 85°C (más precisamente en el suelo); Definitivamente crea un peligro para los niños», afirmó la organización ecologista.
Afirmando que entre las medidas esenciales para hacer frente al calor extremo está la regeneración natural de las ciudades, Greenpeace también subrayó que los responsables del cambio climático son «petroleras como Repsol», que «incrementan sus beneficios cada año sin ser responsables de los severos fenómenos meteorológicos».