Política

¡Instituto Duartiano, fuerza moral y patriótica!

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Esta adhesión, en un momento en que nacían nuevas naciones, estuvo marcada por la gloria.

Hace mucho tiempo, cocuyos y arañas vagaban tímidamente por los recodos de la historia, y el sentido de nacionalidad era una apuesta, mientras geográficamente, éramos alimento doméstico devorado por las potencias coloniales que se repartían nuestro pastel geográfico. Era el siglo XIX, impaciente y glotón. El Libertador creció en su esplendor, motivado por compartir su nueva patria bajo la tutela de la “Gran Colombia” americana, el patrocinio de las naciones liberadas del colonialismo y el pueblo de España, no resistió la apasionada declaración de José Núñez De Cáceres, quien. proclamó su ascenso en libertad con su gloriosa espada. Nuestra independencia pionera y jurídica creó la República Dominicana. Esta adhesión, en un momento en que nacían nuevas naciones, estuvo marcada por la gloria. El Libertador no nos responde, su deuda con el vecino que nos oprimió, en parte agradecimiento por salvarlo ante el naufragio en las costas jamaicanas de su flota, ayudada por Haití, fue una causa eficaz que derribó la Declaración Liberal, de la cual Los historiadores eruditos llaman “independencia efímera”. Nos encontramos abandonados por nuestra cuenta y riesgo, impidiendo que nuestro país participara en la fundación de la nueva República Americana. La maravillosa presentación de Núñez de Cáceres, ante el invasor haitiano, durante la entrega de las llaves de la Patria, durante una rendición forzada, es un testimonio vivo y hermoso de dignidad y honor, un poema que debe leerse en nuestras escuelas y colegios. . La universidad como contribución a la verdad histórica. Todos nuestros altibajos como pueblo bajo la opresión haitiana han sido reemplazados por este acto histórico de lucha y dedicación de nuestra independencia, una alianza táctica que rompió la uniformidad del opresor, bajo el liderazgo supremo de Juan Pablo Duarte. Duarte es la figura que encarna la más alta visión de la Patria como categoría histórica. Nunca se comprometió con el enemigo, nunca negoció los valores morales y sociales de la República naciente, toda su vida fue el valor moral del patriotismo intransigente. Nosotros, como pueblo, somos su creación, su continuación social, su presencia liberal.

Es por el honor de Es este patriotismo que los dominicanos de hoy debemos venerar y seguir el ejemplo de Duartiano, su moral. intolerancia, su defensa de la sociedad y sus valores políticos. Siempre he considerado a Duarte una figura moralmente íntegra, con un grado de coherencia ideológica sorprendente. Las luchas del pueblo dominicano por su libertad y democracia estuvieron guiadas por la lealtad a la ideología de Duarte. Duarte es la línea divisoria social e ideológica de la nación dominicana. El patriota perfecto. Incorruptible y digno. Por esta razón, la mera mención de Su nombre nos une y nos sostiene frente a objetivos malvados y perversos que podrían poner en peligro nuestra soberanía e independencia.
No puedo dejar de mencionar la actitud seria y el enfoque fuerte. del Estado dominicano respecto del caso contra Haití, la defensa del territorio del país y la soberanía nacional, con base en el derecho internacional, la buena voluntad y el respeto mutuo. Preservar nuestras conquistas democráticas y mantener el alto nivel de dedicación y apego a los valores patrios encarnados por Duarte. Instituciones especiales de honor nacional, sin significado partidista, como el Instituto Duartiano con su presidente Wilson Gómez y sus dignos directores, contribuyen a fortalecer la conciencia democrática, la fuerza moral de Dominica y esta libertad.

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