El Evangelio escrito por el apóstol Juan presenta a Jesús como Dios mismo. Él dijo: “Que la vida está en Jesús, y que la vida es la luz de los hombres, esta luz verdadera que vino al mundo para iluminar a todos, (Juan 1:4,9). Ahora, en el capítulo 8, verso 12 de este mismo Evangelio, vemos a Jesús predicando a los que oían su mensaje, hablando a los escribas y fariseos -ri-si que él es la luz del mundo, pero ellos son sordos . Porque ahí. No hay nadie más sordo que el que no quiere oír. Muchas veces predicamos el mensaje de salvación al mismo grupo de personas pero no nos escuchan. Esta actitud no debe desanimarnos, pero Jesús continúa haciéndolo. Lo ignorarán.
Le dijo que yo soy la Luz, y sabían que al decir esto se unía a Dios, sabían que la luz era Señor, (2 Samuel 22:29 – Salmo 27:1 – Isaías 60:19 – Miqueas 7:8.
Alguien les dijo antes de decir: «Yo soy la luz del mundo, y si me seguís no entraréis». oscuridad» pero tendrá la luz de la vida.
Esto tiene dos significados, o la luz que emana de la fuente de la vida o la luz que da vida. Jesús es también la Luz de Dios que vino al mundo y es la luz que da vida al mundo. Debes saber que las plantas no florecerán si no reciben la luz del sol; Del mismo modo, los humanos no pueden florecer en gracia y belleza hasta que reciban a Cristo en sus vidas marchitas.
La segunda parte de este texto contiene una promesa en la que Jesús dice «el que sigue, no caminará». en tinieblas, pero tendréis la luz de la vida. » Jesús, la Luz Verdadera, es el Único que puede eliminar las tinieblas y las mentiras difundidas por el enemigo; iluminando el camino que nos lleva a Dios Padre, iluminando a todos los que lo siguen, librándolo del pecado, del mundo y de Satanás.
Nos identificamos con este término, al mismo tiempo, motivemos a otros seguir a Cristo. Seguir a alguien significa obedecerle, someterse y servirle continuamente.
Aquellos que caminan en tinieblas no son seguidores de Cristo (1 Juan 1:6,7).