Por Dra. Yendy Frías- Nutricionista Clínica/ @dra.yendyfrias_nutriologa
Cada día se publican más investigaciones sobre el microbioma, y cuanto más Si nos adentramos en él, cuanto más sabemos, más entendemos su importancia y complejidad en la salud. El microbioma es una comunidad de miles de millones de microorganismos, incluidos virus, bacterias, parásitos y hongos, que pueden tener efectos positivos o negativos en la salud materna y fetal durante el embarazo. La relación entre estos microorganismos y la salud humana es compleja y fascinante, y cada vez se descubren más vínculos entre la microbiota y diversas enfermedades como las enfermedades cardiometabólicas, inmunológicas, cáncer, obesidad, enfermedades neurológicas e inflamatorias, entre muchas otras. El microbioma puede considerarse como un universo de entornos vivos ubicados en diferentes partes del cuerpo humano, que desempeñan un papel importante a la hora de protegernos y ayudarnos a mantener un equilibrio saludable. En este mundo microbiano, los microbiomas, que son los genomas de estos microorganismos, se distribuyen en muchas áreas diferentes del cuerpo y nos ayudan a convivir de forma saludable.
Uno de los microbiomas más importantes es el del intestino, caracterizado por más de 9 millones de genes y cientos de cepas microbianas. Esta microbiota intestinal se transmite de madre a hijo durante el parto, y constituye un factor importante para el crecimiento saludable y la resistencia a las enfermedades, siempre que se mantenga una nutrición adecuada y un peso saludable. Aunque los factores ambientales, étnicos y geográficos pueden influir en la estabilidad del microbioma, es esencial educar a las mujeres embarazadas sobre la necesidad de mantener un estilo de vida saludable y una buena alimentación, incluso antes de la concepción.
El microbioma juega un papel importante en la prevención de infecciones, el desarrollo de la inmunidad, el metabolismo y la salud general de la madre durante el embarazo, el parto y la lactancia. Por lo tanto, es importante cuidar nuestro microbioma llevando una dieta equilibrada, evitando el uso excesivo de antibióticos y asegurándonos de consumir suficientes prebióticos, un tipo de fibra que desempeña un papel en el alimento de las bacterias beneficiosas de los intestinos, favoreciendo su crecimiento. . y actividad. También se recomienda la lactancia materna, ya que puede ayudar a prevenir futuras complicaciones relacionadas con el microbioma.
En resumen, es muy importante que las futuras madres, además de sus ginecólogo, consulte también a su nutricionista. ser consultada plenamente y tomar las medidas necesarias con prontitud, garantizando así la salud de la madre y el desarrollo adecuado del feto. Esta columna es una sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus dudas a articulos@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.
Agregar Comentario