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Martin Heidegger: ser, palabra y lenguaje

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El tiempo y la temporalidad son dos temas que el genio alemán contemporáneo Martin Heidegger situó en su contexto filosófico.

El tiempo y la temporalidad son dos temas que el genio alemán contemporáneo Martin Heidegger situó en su contexto filosófico. En todas las circunstancias, su erudición se esfuerza por descubrir hasta dónde puede extenderse el destino humano, aprovechando la experiencia espiritual, la conciencia, las palabras y el lenguaje como fuentes de conocimiento infinito.
En sus obras, esa posibilidad contiene un. aspecto científico. método y dinámica histórica, estableciendo un reflejo dramático y complejo de la conciencia infinita de la que habla Sri Aurobindo. Asimismo, Heidegger proporciona al lector un conjunto de premisas relacionadas con el lenguaje que organizan todo tipo de ideas en torno a la naturaleza espiritual y material del ser.
En este sentido, pide especificidad en su labor analítica. sin perder la teoría consistente con su explicación del mundo autónomo. Al investigar la naturaleza trascendente de la existencia, sus obras se convirtieron en un medio y fuerza inspiradora para el progreso humano, reafirmando claramente los fundamentos de la conciencia moral, aportando autoridad y definición al fundamento que formaliza y da lugar a la interpretación por la que se constituye el universo. vinculado. a la experiencia humana del reino transformador del “tiempo y espacio”. La temporalidad de la experiencia cognitiva a la experiencia humana.

A partir de lo que podemos definir como axioma, se contextualiza en torno a lo que propuso el monje jesuita español Ramón Ceñal, según el cual lenguaje y palabras tienen una relación tangencial de valor. en términos de forma, contenido, emoción religiosa y estética, los tratados teológicos, como señala también Paul Westheim, extrapolando las reflexiones de Rudolf Otto, en el sentido de que “lo esencial es la creación de este estado de ánimo – de este encantamiento mágico – en el que la persona de fe, alejada de lo profano y terrenal, se siente elevada al nivel de lo sublime.»

El teólogo Ramón Ceñal amplía la nomenclatura de la filosofía de Heidegger expresando que «analiza existencia humana en su existencia concreta y real, para abrir las estructuras de la existencia humana, siempre hacia la luz del ser, explícita o implícitamente. » Entre estas estructuras que el análisis de la existencia humana descubre en Heidegger, nos ocupamos aquí y ahora de una estructura, en particular de la Rede, del discurso, hablar, hablar. Heidegger intenta mostrar que el lenguaje, el habla, no es algo añadido a la existencia, algo aventurero para el ser humano. NO LO SON. El lenguaje se origina en la estructura existencial del ser humano, en la existencia del ser humano como existencia ontológica, lo que significa estar siempre abierto a la existencia de cosas y entidades. Por eso la primera palabra, la palabra que proviene del núcleo más profundo y vivo de la vida humana, es la palabra “ser”: es ser, entendido y dicho, luz y lenguaje, que ayudan a mantener al hombre en su existencia y en su existencia. sí mismo. El tiempo es la primera fuente de todo lenguaje humano. La existencia humana está siempre en algo, hacia algo; En esencia, es siempre un ser en un mundo, en proximidad activa con el entorno de las cosas y de las personas. Y Heidegger nos dice que es esta existencia humana, como ser en el mundo, la que se expresa ante todo a través de las palabras. Así, estar en el mundo, vivir en él y estar en la palabra son igualmente originales y primeros.»

Desde el punto de vista lingüístico, no hay duda de que Martin Heidegger, objetivamente, condensó el alcance del proyecto divino de la existencia humana, poniendo a Dios en el centro de todo discurso. Por supuesto, de una espiritualidad que declara de forma clara y precisa que lo eterno está anclado en el tiempo al que se refiere y al que está más atento por su poderoso poder ungido y su carácter único de pensamiento infinito.
Desde este punto de vista, hay que destacar que existen muchas similitudes entre la filosofía de Heidegger y el pensamiento de Sri Aurobindo, quien la presentó en su segundo libro La Vida Divina. Conciencia Infinita e Ignorancia:

“La perfección suprema del hombre siempre ha sido la búsqueda de Dios y con ella la perfección, la libertad, la verdad y la felicidad última, la oposición y la inmortalidad”.

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